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Chile se encontraba extrañamente feliz, en el último día del barco de ese trayecto.
Estaba emocionado por tener su cuarta visita a territorio mexicano.Emocionado por ver a "Weon Bonito" y además llevaba una botella de vino de su tierra como un lindo detalle como siempre había llevado. Pero ésta vez, la alegría que sentía era muy extraña.
No tenía pendientes en su país, no tenia preocupación por el momento, ni siquiera sabía si habían problemas en el barco, de hecho nada de eso le importaba. Estaba feliz por regresar.
Tal vez su motivo para la alegría era aquella noche de año nuevo, aquella noche donde el contrario lo llevo a escondidas a un pequeño taller donde por primera vez se convirtió en la dama de una relación.
El alcohol parece que le hizo olvidar que tenía un miembro entre las piernas.Ansiaba las caricias del contrario, caricias que una vez hechas deseas por más de ellas.
Recuerda muy bien que ésa madrugada al amanecer se vió en el espejo del baño de la lujosa hacienda, las pequeñas marcas rojizas en su piel de los hombros y partes del pecho eran clara evidencia de que había cometido un crimen hermoso.¿Se disculpó ante el Señor por eso?
La verdad es que si, Chile se confesó ante un sacerdote después de regresar de su viaje, pero lo hizo sin rencor, pues nadie le quita el hecho de le encantó pecar.
Pero debía mantenerlo en secreto, no quería arruinar más la reputación de su amante.Su libreta de viaje se llenó de pequeños dibujos a lápiz.
Por mero aburrimiento y forma de matar el tiempo el chileno dibujaba barcos, perros e incluso pequeños paisajes.Tuvo que esperar un día completo para recibir la carta de aceptación del mexicano, carta donde Sur le daba permiso de alojarse en su hacienda por segunda ocasión. Pensaba alojarse dos semanas en ella.
— Por fin llegué de nuevo. — mencionó en voz baja bajando de la elegante carroza tirada por caballos, algunos encargados le ayudaron con sus tres maletas.
De frente la hacienda de México.Pero ésta vez fue diferente.
Quién lo esperaba no era ni Centro ni Sur, sino el mismísimo Porfirio, padre de ambos.
El porte del dictador intimidaba de solo mirarle, pues te clavaba la mirada como si fueras tú su siguiente presa.
Cabeza en alto y apariencia aterradora, agregando que en su traje se encontraban medallas de batallas ganadas.Chile tenía esperando al dictador y probablemente asesino Don Porfirio.
— Joven Chile, esperaba con ansias su llegada. — dijo el mandatario cuando el otro dió pasos para acercarse — Lamento que Sur no haya podido asistir hoy, tuvo asuntos importantes a tratar en Morelos y su hermana Centro lo acompañó.
Chile no tenía ni idea de que decir.
Los nervios lo obligaron a tartamudear, algo que por suerte el contrario no notó.— Diga algo por favor, no me gusta que estés tan callado. — mencionó de nuevo, mostrándose gentil hacia él. Una sonrisa muy extraña apareció.
— L-Lo siento solo que... Digo, me da también mucho gusto volver a visitarlos... — respondió ahora mucho más calmado, la gentileza le ayudó mucho — Esperaba ver a Centro y Sur a decir verdad, quería pasarla un poco con ellos pero puedo esperar si es necesario.
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Los Hijos Del Porfiriato
Fanfic[Mexile/Chilmex] Mi padre siempre decía que jamás comparta la mesa con un cobarde, ni con un hipócrita, ni con una egoísta. También decía que, si algún día, alguna de esas personas me ofrecía pan, que me alejara lo más pronto posible antes de que me...