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Parte 01
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Linda mañana.
Cielo despejado, aire fresco con un poco de humedad en el ambiente.
Pronto la capital despertaría del lapso nocturno.

La visita del chileno tomó por sorpresa al dictador y a sus hijos, pues el sólo se había visto con países como Francia. Ya que era bien sabido que a Porfirio le encantaban las cosas europeas. Sin embargo, sus hijos jamás se habían visto con un para extranjero, solamente con cancilleres o representantes de los mismos, a excepción del sureño, el sí había hablado con alguien foráneo.

Guatemala, era muy buena amiga suya, podría decirse que crecieron juntos, hasta que el gobierno de su padre firmaron los tratados correspondientes para limitar territorios en Chiapas. Ahí fue donde su amistad simplemente se fue esfumando.

Piensa Sur, que Chile es una oportunidad de conocer un mundo exterior, la oportunidad que había estado esperando para viajar y conocer lugares más allá de los Estados Unidos o el mar.

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La linda Centro despertó, con su pelo desacomodado y labios embarrados por labial.

Los rayos del sol de la mañana que lograron entrar por la ventana la hicieron despertar. Esperó unos segundos para incorporarse, haciéndolo con pereza por recién despertar.
Entre quejidos, arqueó su espalda para estirarse un poco y después bostezó.
Quedó mirando a un punto fijo, para luego reconocer que esa no era casa de su padre.

Miró por debajo de las delgadas sábanas de la cubrían y se encontró con lo que esperaba, se encontraba desnuda.
Miró a su costado y ahí estaba el hombre con el que pasó la noche anterior, un representante de alguna empresa europea.

<<Se pasó con el alcohol anoche.>>
Pensó mirando al contrario que se encontraba plácidamente dormido.
Qué envidia, el si podía dormir y despertarse hasta después de las 10 de la mañana.

- Aún me queda arreglarme antes de ir por Sur y el invitado.- susurró buscando con la mirada su ropa, encontrándola en el suelo de la habitación.

No esperó nada más, teniendo cuidado de no despertarlo, se levantó de la cama, dejando las sábanas lo más acomodadas posibles.

Tomó su ropa y pasó al baño para ver qué tan desarreglada estaba.
Soltó un pequeño quejido molesto.
- Que la chingada. Le aclaré que no podía dejar marca.- susurró observando en el espejo del baño, un pequeño moretón en su piel.
Se vistió tan rápido como pudo, cubriendo su cabeza con una tela de seda para cubrir su cara también, sería humillante si su padre la veía de esa manera.

- Stay a little longer Maria. (Quédate un poco más, María.) - escuchó una voz sonámbula a sus espaldas. Era aquél hombre que la llamaba aún desde la cama.

La chica paró su andar.
- I can't stay anymore. I told you in the beginning, only one night. ( No puedo quedarme. Te lo dije en un inicio, solo una noche.) - respondió con claridad y una notable rectitud - And stop calling me María, that's not my name. (Y deja de llamarme María, ese no es mi nombre.)

- "Centro" is ugly for you, "Maria" sounds better than "Centro", you have to have a pretty name. A beautiful name for a beautiful woman. ("Centro" es feo para ti, "María" se oye mejor que "Centro", tienes que tener un nombre lindo. Un hermoso nombre para un hermosa mujer.)- eso le molestó un poco a la chica, pero debía de ocultar su enojo para no sonar descortés - Why, your father, chose that name? (¿Por qué tu padre escogió ese nombre para ti?)

 Los Hijos Del PorfiriatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora