Tan extraño

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Es tan extraño el sentimiento de amar lo que te hace daño. Podrías romperte en mil pedazos, y seguirías enamorado y aferrado a los buenos momentos: lo que te hizo reír, lo que se sintió bien, lo que resguardas en ti como si de un tesoro se tratase.Es tan extraño no querer o poder irte de aquello que te destruye un poco más día tras día, o que es cuestión de tiempo para que te deje sin nada.Pero es aún más extraño cuando ya no está, cuando ahora son kilómetros de distancia lo que te separa de esa parte de ti. Cuando no vuelves a escuchar las risas ni voces que en tanto tiempo, no sabes si las recuerdas o es una alucinación de tu mente. Cuando los detalles de esos rostros que no querías ver por mucho tiempo se han vuelto los retratos que pintas una y otra vez en tu mente, para no olvidarlos. Cuando tu único deseo al pasar por ciertas calles es volver al que fue tu recorrido diario por mucho tiempo.Es tan extraño querer volver, sin importar nada. Es tan extraño no sanar la herida, sin importar el tiempo que pase o lo que hagas. Es tan extraño que duele incluso más que el primer día. Es tan extraño no estar feliz con los cambios, a pesar de que debías separarte de ese amor tóxico que solo te hacía daño.Pero es aún más extraño que, aunque lo odie por mucho tiempo, no puedo dejar de extrañarlo y desearlo cada vez más.

Reflexiones de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora