Toma un corazón

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Y después de que todo terminara por aquellos mensajes, las siguientes dos semanas te juro fueron infernales, en la primera hasta abrir los ojos me recordaba a ti, podría jurar que te mudaste a mí, y aunque en ese momento fuiste lo que más odié, la verdad, es que mi corazón seguía pensando que todo lo horrible que me habías dicho eran mentiras y que lo que escuché en la calle eran simples calumnias. La segunda semana, después de que te volviera a ver, toda mi tranquilidad se fue, lo poco que me había logrado calmar y lo poco que ya había superado y olvidado volvió con el simple hecho de ver que a pesar de todo, tus ojos tan hermosos todavía esperan toparse con los míos, lo que en aquella gris mañana sucedió y en ese momento antes de bajar la mirada pude notar en tus ojos una gran cantidad de dolor junto a 5 onzas de arrepentimiento y un brillo de esperanza que por lo menos te brindara una dulce mirada, acción la cual no realicé, y desde ese instante supe que la semana que comenzaría en tan solo 15 horas sería espantosa.
Y aquí estoy a la mitad de esta pésima semana en la cual, como dije, no he tenido estabilidad emocional.
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- ¡Oye dámelo! — Dijo Alex (Mi hermano) alterado.

- ¡No! Mira... Me lo comí — Dije mientras lo escondía disimuladamente bajo la almohada.

- !!AAAAAAAA!... ¡ESCUPE A MI AMIGO! — Dijo golpeándose desesperadamente, pues pensó que de verdad me había comido su peluche de oso.

- ¡Hey hey! Pero.... ¿Por qué lloras? — Me desvíe después de ver la típica escena de siempre. Bromeó con el y empieza a llorar.

- ¡SOLO DÁMELO! — Gritó entre sollozos

- Cuando te calles te lo voy a dar — Añadí con un tono sereno

El simplemente seco sus lágrimas y sorbió su nariz para después mirarme fijamente.

- ¿Ya me lo das? — Dijo aún con la voz quebrada.

- ¿Por qué lloras? — Volví a preguntar con insistencia

- ¡¿Es que no tienes corazón?! — Dijo mostrando su desesperación pero susurrando muy bajo.

– *Auch, te dio justo allí. Tu intentando no pensar más en ese tema y el pequeño también te lo recuerda. Ojo pero ten encuenta que fue sin querer ¿Si?

–Estúpida conciencia, Por qué no me dijiste que no molestara mi hermano ese es tu trabajo, aconsejarme, hacer que haga las cosas bien, que no me meta en problemas.

- No, se lo entregue a alguien, a una persona equivocada que no lo supo cuidar, pero no me lo quiere devolver. – Dije recordando su cara con tristeza y nostalgia, pero con una sonrisa al recordar las cosas buenas que me hizo sentir y vivir.

- Pues aquí hay uno nuevo — Dijo colocando su mano tan pequeña en mi pecho—  lleno de sentimientos y emociones.

- Gracias — Dije con la voz entre cortada y los ojos nublados por las lágrimas. La verdad me conmovió mucho ese gesto, el sin saber quién, cómo y porqué alguien más había dejado un vacío en mi, quería llenarlo.

- ¡Ahora tu vas a llorar!— Dijo en tono burlón

- Claro que no, ya quisieras— Dije haciéndole muchas cosquillas.

Gracias hermanito, pero este no es el mío, esperaré a que él me lo devuelva, que lo suelte y se vaya, no importa si me lo entrega roto, arrugado o marchito, yo me encargaré de sanarlo. Y si no está dispuesto a dejarlo ir, a soltarme, espero que tenga la suficiente valentía para decírmelo y que quiera arreglar su error.

24-05-2023

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Reflexiones de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora