The Cosima

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Siento una corriente eléctrica circular en mis manos, que me impide usar mis poderes. No puedo ver ni el fututo ni nada, por el saco sobre mi cabeza. Pero mis oídos están perfectos.

Me montaron en un vehículo, el hombre que tengo al lado, respira con dificultad, seguro fuera de forma. Qué incapacitante es no poder sentir su vibra. El que va manejando habla, con voz ronca, parece un fumador — Orión ya está allá.

Bueno, supongo que él es el dueño del circo.

Escucho las llantas cambiar de superficie a un terreno irregular. El conductor disminuye la velocidad.

Al parar, el panzón me agarra por el brazo y me saca del vehículo, el fumador, tira la puerta y toma mi otro brazo. Curioso, aunque tengo estas esposas mágicas, todavía sienten que deben restringirme más.

Entramos a lo que creo es un galpón, nuestras pisadas hacen eco. Pero mientras más nos acercamos, escucho un canto. ¡Eso es magia! ¡Alguien realiza un encantamiento!

Me quitan la funda de la cabeza. Visualizo mis alrededores. De espalda está el quién creo es Orión. Y de fondo alguien cubierto en capa negra, rodeado de velas. Sé lo que hace; controlando el ambiente, nada de violencia ni magia.

El hombre se da la vuelta — eres una mujer difícil de interceptar. Mis chicos lo intentaron y los hiciste chocar.

— ¿Qué puedo decir? Son unas princesas detrás del volante.

Suprime una risa y me observa. Lo siguiente que dice es — parece que tu reputación te precede.

— ¿y la explosión?

— Quería llamar tu atención. Que salieras del edificio. Pero fuiste más lista y huiste en helicóptero.

— Yo no huyo. Y tú estás rodeado por ineptos que no saben dar el mensaje.

— Touché Ghanima — dice viendo a mis captores.

— iré al grano...

— ¡Sería justicia! — impregno todo el sarcasmo posible en esas palabras.

— Te quiero en mi organización. — lo dice observando con cuidado mi reacción.

Me rio con histeria, tanto preámbulo para esto, — no solo son tontos, sino que están dementes.

— Tengo algo que cambiara tu opinión o mejor dicho alguien. — esta vez me mira retándome.

Ya cansada de rodeos y perdiendo la paciencia me harto y le digo— detonaste la oficina donde trabajo, arremetiste contra mi vehículo y me secuestras. Dime porque que no debo acabarte en este momento. — Por más que estoy alterada, ni mi voz ni mis acciones lo reflejan. He estado concentrándome en lo que yo denomine esposas mágicas para desintegrarlas y no he podido.

— Ni podrás Ghanima — dice viendo a mis manos.

Veo al fondo, ¿Quién traicionará a nuestro gremio y está trabajando para ellos?, ni por todo el dinero del mundo, eso se hace, nunca será bienvenido a la comunidad de nuevo. Y menos después que yo lo divulgue.

—Estás usando un hechizo apaciguador y esto — digo señalando con mi boca a mis manos — para retenerme, pero es solo temporal, siento el poder disminuyendo cada minuto. — Es Mentira, aunque él no lo sabe. Miente con seguridad y esa falsedad será tu realidad. Con magia o sin ella, eso está hecho.

Ve hacia el fondo buscando apoyo de su amigo o amiga brujo.

— Bueno Ghanima, conoce a tu igual. —Abre los brazos ceremonialmente y con drama hace su entrada la persona que todo este tiempo ha estado en el fondo manteniendo el encantamiento.

Dime lo que más deseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora