D-day

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No voy a entrar en pánico. Hoy es un día importante. Sé que no es saludable guardar las emociones para procesarlas después, pero no puedo con esto de Adal en este momento.

Flashes de anoche llegan a mi mente. El mesón lleno de harina. Adal con una toalla limpiando mi rostro.

¡Vamos Ghanima! Párate y sal de aquí.

Con cuidado recojo mi vestido del piso. Ese hechizo sí que fue un éxito, ¡ni un rasguño!

Ya estoy arrepentida de lo que voy a hacer — somnum manere, nihil te conturbat — digo este encantamiento para que duerma profundo porque no se puede despertar antes que salga de aquí.

Cierro la puerta y me visto afuera. Bajo lo que asumo son las escaleras que dan a la cafetería. Deben ser como las 4 a.m.

Caminando por las calles y congelándome viene a mi mente otro recuerdo de la noche; Yo sobre el mesón y Adal besando mi cuello. Coloco mi mano en el mismo punto. Esa sensación me vuelve a la sobriedad de forma instantánea.

Debería llenarme de éxtasis, recordarlo, pero lo que siento es pánico.

Temor de que lo influencié mágicamente para que esto sucediera porque era lo que yo necesitaba, y no lo que él deseaba. Miedo de que perdí a un amigo anoche.

Llego a mi hogar, y me recibe la gatita.

Se pega de mis piernas y siento como roza su cabeza y cuerpito contra mí. Dicen que los gatos tienen el poder de limpiarte energéticamente y necesito toda la ayuda posible.

—Debería darte tu nombre. — esto será una buena distracción.

La cargo y veo a sus ojos. Mágicamente hablando el nombre que nos dan determina cómo es cada uno y cuáles son los rasgos predominantes de nuestra personalidad. Nosotros fuimos renombrados, por las voluntades elevadas, para canalizar más poder.

Zaid significa abundancia y progreso. Kiran rayo de sol, ¿acaso esperaban menos? Arisha es un nombre que atrae suerte y prosperidad. El mío, buena fortuna, mi nombre original no lo recuerdo, se borró de mi mente cuando estuve bajo los cuidados de Ayanti.

Como podrán ver, no coincide con nuestras etnias, las voluntades elevadas nos dieron nombres que se alinean con un propósito. Adjudicándonos del poder de su significado. No sé si pensarlo como un bautizo o apropiación cultural mágica.

—¿Qué quiero que traigas a mi vida linda gatita? — Paz, serenidad, pienso.

—¿Qué necesito en mi futuro? —Clemencia.

Tomo mi laptop y me pongo a indagar.

—Te Podrías llamar Amani. Y traer a mi vida paz. — frota su cabecita contra mi palma.

—Anjali— no sé porque llega a mi mente y sale de mis labios ese nombre.

—Ebisu—, según los japoneses; «el que toma buenas decisiones». Algo que urge en mi existencia.

Me gusta —Kazumi, — lo digo en voz alta para sentir su poder y vibra. ¿Qué evocaré? Kazu que es «paz o esperanza». Mi, que se traduce como «belleza». Su significado final es «bella esperanza».

La esperanza es un estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea, o así lo especifican. Nosotros lo vemos al igual que una fuente de poder exquisita. Una emoción que te mantiene vivo.

— Kazumi, serás — se irgue y me observa. Creo que aceptó el reto sellando el contrato con un maullido.

Luego de una merecida ducha, busco un traje. Me iré por Chanel, no solo por el lujo, sino por usar la energía de su diseño nacido del deseo de liberar a las mujeres de las restrictivas normas de vestimenta de la época.

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