Punto de inflexión: primer acto

41 4 1
                                    

-¿Y dónde te metiste toda la tarde?

-Estuve con Haiku... Me estaba ayudando a huir de Ronnie Anne.

-¿La amiga de Lucy? Vaya, creo que tenemos que darle las gracias por no dejar que esa perra se te acerque.

-Creo que una simple gelatina sería suficiente para ella.

-Bueno, eso facilita las cosas. Como sea, llegó un paquete para ti, ¿Qué ordenaste esta vez?

-¿Yo? Nada que recuerde, Lynn.

-No te creo, literalmente Lily fue a dejar tu paquete al cuarto de Luan.

-Rayos.

-Exacto, vaya que esas dos se llevan bien desde que decidieron que era divertido hacernos sufrir.

-Y que lo digas, si Lily me vuelve a morder o si Luan me deja sin cejas créeme que van a amanecer haciendo flexiones sobre carbón hirviente.

-Yo lo haré por ti si vuelven a raparme el cabello y más te vale no advertirles o también te veré haciendo flexiones.

-Y lo creo porque ya me lo hiciste, por eso mejor te adulo.

-Grosero.

¿Qué más podrían pedir los Loud que un día cualquiera?... Sin embargo, los problemas siempre están a la vuelta de la esquina para una familia tan grande.

-Oye ma- Lincoln no tardó en abrir el paquete tan extraño que había sido dejado en su hogar. Dentro de él no había nada más que un pantalón y un par de calcetines que de inmediato se probó -¿Cómo me veo?- preguntó a su madre modelando para ella.

-Oh, wow, mi bebé se ve genial.

-Gracias, ma. Tienes buen gusto.

-¿Yo tengo buen gusto?

-Por supuesto, después de todo fuiste tú quien me dió esto, ¿No?

-Claro que no, cariño, ¿Por qué lo dices?

-Lynn y Lily dijeron que firmaron la entrega a la orden de Rita Loud... Creí que lo habías ordenado.

-Jamás compraría algo solo para ti sin antes comprarle también a tus hermanas.

-¿Y qué hay de papá?

-Él haría exactamente lo mismo que yo, cariño. Mh, qué raro ¿Crees que sea alguna broma de Luan?

-Lo dudo, realmente me quedan los pantalones y...- *toc toc* sonó la puerta -iré a abrir- esto era extraño, si no había sido su madre o su padre tal vez sus abuelos, pero de no ser así, ¿Entonces quién?

-¡Oh, hola! Temprano como siempre- dijo a su invitada al abrir la puerta -pasa, pasa, Lisa estará feliz de verte, si a esa extraña sonrisa se le puede llamar felicidad.

-Oh, no te apures- respondió su amiga -es genial que me enseñe francés e italiano, no es sencillo encontrar profesores políglotas que acepten sangre y dinero como pago.

-Claro, depende de cuánto sea que Lisa te moleste jajajaja.

-Nah, no tiene mayor importancia, después de unas semanas es sencillo entenderla- ¿Quien era ella? Nadie más que otra estudiante de Lisa. La pequeña genio se divertía al trabajar por las tardes como profesora de idiomas, unas cuantas ayudas para cálculo con las amigas de Leni y un poco de baile solo para divertirse -por cierto, te ves bien, ¿Algo bueno que quieras contar?- un suave coqueteo previniendo de una linda amiga.

-Nada en especial- respondió Lincoln tratando de no mostrar lo nervioso que ella lo estaba poniendo -solo lo normal como terminar en detención o caminar con una amiga.

Sueños mudosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora