¿Es este mi camino?

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-Creo que recuerdo lo que pasó... No... Aguarda ¿Esto fue antes o después de la "guerra Loud R-H"?

-Jajajaja ¿En serio la llamaron así?

-Fue idea de Lynn jajajaja cuando nos enteramos de eso, el día que todo se puso patas arriba, el hospital, los gritos, tú terminando calva y tu prima sin un diente jajajajaja en fin, ese día fue de los mejores y peores de nuestras vidas.

-Y justo por eso no me gusta recordar esta historia- la primeriza casi "mamá" Loud seguía jugando con su pequeña, aquella chiquilla era más que especial, sus tristes ojos penetrantes y su fuerza física sorprenden a cualquiera que la conoce, solo han pasado un par de minutos de conversación y sin embargo Loan no ha soltado la mano de Haiku en ningún momento y ninguna de las dos podría estar más encantada por eso -pero mi peque necesita escuchar esta historia, conocer quién fui en aquel entonces y explicarle las razones que me llevaron a estar con ella, las que me hicieron hablarle con la verdad y nada más que la verdad.

-¿Puedo preguntar por Rose?- y fue que una estela oscura sacudió el frío rostro de Haiku, a Luan no le causó risa alguna lo que provocó una simple pregunta.

-Luan... Ella está bien, hablamos de vez en cuando pero la verdad es que no es tan fácil, aquella vez en el hospital yo... Fui tan estúpidamente irracional, perdí a mi hermana y a mi novio...

-Por primera vez.

-Ajá, por primera vez...

-Pero aquel día no fue culpa tuya sino de Rose y eso que yo la apoyaba ya sabes ¡Era equipo Rose!

-Jajajaja me gustaría saber quién formó eso de los equipos.

-Fuimos todas pero esa parte la quisiera contar yo, fue tan extrañamente familiar y raro, con todo y drama jajaja.

-Con todo y todo Luan- a diferencia de Lucy el suspiro de Haiku es triste, melancólico y doloroso, escucharlo es como lamentarse de la vida misma, hacerlo para ella es más liberador, como si así pudiese liberarse de haber hecho tanto mal, su suspiro llega a los oídos de Luan pero ella no sabe cómo consolarle lo que la impulsa a tratar de hacer algo, cualquier cosa hasta que alguien llegó en su ayuda -¿Qué... Qué haces?- una tierna sonrisa le saludó a la vida, tocó la nariz de Haiku como diciéndole: tranquila, te quiero. Un suave toque de amor genuino, una pequeñita que no conoce el odio, la tristeza o el rencor, le regaló el segundo saludo de su vida para la segunda persona más especial e importante en su joven vida. Luan fue testigo de lo que su sobrina hizo ¡Una bebé con menos vida que una planta! Una pequeña que aún sin hablar ya conoce lo que la tristeza refleja en los suyos y aún así hizo un pequeño detalle para Haiku desde lo más profundo de su corazón.

-Haiku- dijo Luan -¿Qué fue eso?

-Yo... No sé- la maternidad golpeó por segunda vez a Haiku, su instinto la hizo levantar a la pequeña Loan sobre sus brazos, miró sus profundas gemas azules que tenía por ojos para después frotar sus narices mutuamente -pero quiero que vuelva a pasar, sé que apenas nos conocemos pero al igual que su padre son imposibles de odiar ¡Es que mira su carita!- con una sola mano Haiku acarició los regordetes cachetes de Loan quien solo se quedó quieta siendo mimada por Haiku.

-Es muy hermosa Stephanie- el solo escuchar su nombre la hizo mirar sin siquiera pestañear a Luan, ella pensó que tal vez como recién había escuchado el decirle su nombre no era tan bien recibido pero la realidad y la vida son cosas en constante cambio, como el agua que da vida y como el fuego que puede terminarla, al igual que el viento que danza hasta el cielo y el duro suelo que sostiene la vida.

-Jeje- la risa más hermosa del mundo volvió a Haiku, una sonrisa deslumbrando la oscuridad nocturna de la vida de Stephanie, una risa que le otorgó paz y quietud a una mujer que lo necesitaba.

Sueños mudosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora