Sí, puede parecer impresionante, pero lo que hizo Amaru no fue nada en comparación a mis habilidades. Yo, el gran Zafir, soy mucho mejor que él en cuanto a exorcizar espíritus se trata. Aunque, si estuvo bien.
Pareció la primera vez que Nil veía algo así. Estaba muy asustado, incluso se escondió detrás de mi capa. Debieron verlo, arrastrándose por el suelo como una larva. Parecía un bebé de oso panda luchando por moverse. De verdad, era patético. Por suerte, yo, el más inteligente de las aves, supe reaccionar de la manera apropiada. Aparté la mirada para no cegarme con los rayos. Obviamente, mis ojos son muy sensibles y corría riesgo de perder la vista. Pero, después de eso, no me sorprendí más...
Luego, nuestro "salvador" se levantó como si nada y lo primero que hizo fue revisar si el niño estaba bien. Claro, el pequeño estaba completamente paralizado. Amaru entonces se sintió muy mal. Excesivamente mal. Traumó al chico, como no. Para consolarlo de alguna manera, lo abrazó y le empezó a decir cosas como "está bien", "ya está muerto", "no te va a pasar nada"... definitivamente, un par de tórtolos.
Como sea, después de eso salimos del templo y volvimos a la ciudad. Tuvimos un par de travesías por ahí también.
Nuestro primer objetivo fue comprar ropa. Lógicamente, Amaru no podía ir por la vida vistiendo un par de túnicas. Además, las prendas de Nil estaban completamente embarradas. Necesitábamos un cambio de imagen.
Así, nos dirigimos al centro comercial más cercano.
•••
Era un edificio alto, como todos en la ciudad. Tendría unos... ¿veinte pisos? En fin, todas sus habitaciones eran redondas. Qué obsesión por los círculos. Bueno, como iba, la quinta planta estaba dedicada única y exclusivamente a vender vestimenta. El primero en elegir fui yo, obviamente. Fui por algo humilde, no quería opacar a mis amigos con mi deslumbrante belleza. Elegí simplemente unos pantalones de cuero negros, bien ajustados al cuerpo, acentuado mi figura. Para la parte de arriba, me decidí por un abrigo de plumas negro con cuello pico, para imitar mi aspecto original. Debajo de este... no había nada. Digo, no era necesario, ¿no? De todas formas, si me agarra calor, no me molestaría sacármelo. Además, dejaba ver un poco mis espléndidos pectorales, quién no querría observar eso. En cuanto a mis alas, decidí simplemente dejarlas de lado. Cuando necesite volar, pues me volveré a transformar. Ahora que lo pienso, le debería haber prestado atención a los zapatos...
El siguiente fue Nil. No se esforzó mucho, sólo escogió una camisa marrón algo holgada y un pantalón de un color más oscuro. Sin embargo, prestó atención a los detalles. Optó por una boina combinada con la parte de abajo de su traje, y unas botas altas igualmente coordinadas. Le llegaban hasta la pantorrilla, y tenían una plataforma de, al menos, ocho centímetros. Poseían cordones un poco más oscuros y hacían que el niño se viera más alto y elegante de lo que realmente era. Lo necesitaba, por supuesto.
Amaru se hizo desear. Al principio, entró a la tienda sin mucha idea de qué hacer. Lo único que agarró fue una camiseta con un dibujo de una mujer y unos jeans azules. No le quedaban para nada bien. Fue por eso que su amado recorrió a su rescate. Y lo hizo muy bien. Salió de la sala con una hermosa camisa blanca sin botones, pero con un cuello extremadamente detallado; por el lado izquierdo, caía un triángulo perfectamente cortado y tableado que llegaba hasta la terminal de su costilla, mientras que, del otro lado, sólo tenía una pequeña pieza para contrastar. Dejaba al descubierto su majestuoso cuello, ahora adornado con una fina cadena. Unas mangas acabadas con un dobladillo en su hombro daban un toque sensual que le favorecía. Para la parte de abajo, tenía un pantalón que quedaba suelto en la parte inferior de sus piernas, dando la apariencia de un vestido, mientras que, más arriba, ajustaba perfectamente su cintura, e iba acompañado con una joya similar a la de su garganta. Los zapatos eran unos borcegos negros básicos, pero quedaban tan bien con el resto del traje que lo hacían ver espectacular. Para nada digo esto porque me atrajo su apariencia, solo... me gusta apreciar la belleza humana de vez en cuando.
En fin, luego de ir de compras y gastar todos los ahorros de Nil, decidimos que era buena idea movernos a otra locación diferente. Así, nos decidimos por visitar Náucrita, también llamada "ciudad submarina".
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Atheusis
FantasyUn joven explorador encuentra a un chico que ha perdido la memoria dentro de una cueva sumergida en el río. Juntos, descubrirán sus orígenes y su historia, y formarán un lazo inseparable.