3. Aparece por favor

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(este capítulo contiene escenas se coito heterosexual, tenga discreción)

- ¿Dónde mierda estabas? - Jenny me abordo apenas abrir la puerta de nuestro depa - no aparecías por ningún lado, Emilia tampoco te había visto desde que comenzó a llover - estaba muy enojada, la abrace por el cuello, escondiendo mi rostro entre su cabello - estaba preocupada

- lo lamento - retrocedí para mirarla y ella aún esperaba una respuesta, me mordí el labio con duda - estaba con Catalina

- ¿Quién mierda es Catalina? - me reí ante mi estupidez, obvio ella no sabía quién era

- la única clienta mujer que tengo - ella miró mi rostro esperando que mintiera - bueno, en realidad no estaba con ella, sino que ella me llevo al motel hasta que dejara de llover - ella pareció relajarse

- es bueno saber que estabas acompañada, ¿Te pago esta vez por estas dos horas? - abrí mis ojos en sorpresa y negué ofendida - ¿Le diste una sesión gratis? ¡ARI!

- no lo hice!, ella...Ugh - exclamé sin saber realmente como explicarme - ella me dio el dinero de la sesión anterior y luego me dejó sola en el motel con el dinero que supuse sería de hoy - su sorpresa fue evidente

- ¿Te dio dinero sin pedirte sexo? - asentí un poco desilusionada y Jenny lo noto - pero eso es bueno, ¡Dinero gratis! - levantó las manos en alegría, copié su gesto pero no con la misma intensidad, al ver esto me examinó mejor - esa no es tu ropa

- mi ropa estaba empapada, ya la dejé en la lavandería. Esta... - tomé la camiseta, por el cuello podía mirar mis pies lo que me hizo reír - ella me la presto junto con el pantalón

- ¿Estaba sucia? Sino ¿porqué la traería consigo? - sin miedo puse la prenda en mi nariz para olerla, solo olía a su perfume y recién lavado - que asco

- no vengas con estupideces, si Emilia te prestará su ropa tu no dirías lo mismo

- si pero a mí Emilia me gusta - abrí mis ojos con sorpresa, solté la prenda de mis manos y caí en cuenta de lo que decía

Tenía razón, Catalina no me gustaba, era solo una más de los tantos clientes que me solicitaban, pero, ¿Era eso un real impedimento de oler ropa limpia? Su perfume también olía rico, al igual que el perfume del jefe y el de Jenny. No veía el problema así que sonreí mientras pasaba por su lado para finalmente alejarme de la puerta. Me acosté de esa misma forma bajo las mantas, ante la mirada incrédula de Jenny

- no hagas un escándalo, es solo ropa, se la devolveré en dos semanas quizás

....

Estos últimos días había dormido de forma estupenda, su ropa en realidad era muy cómoda, quizás se debía a lo holgada, debía de comprarme un pijama talla grande. Jenny ya ni estaba en la habitación pero los golpes en la puerta me hicieron levantarme a regañadientes.

Emilia me alejo para entrar, recorrió mi habitación con la mirada para después sentarse en mi cama, al parecer solo para observarme, abrí un poco más mis ojos, fingiendo sorpresa, e hice una señal con la cabeza esperando a que me dijera a que venía.

- Jenny está enojada contigo. Al parecer cree que...¿Catalina? - asentí a su pregunta- si...ella, Jenny cree que te hizo algún hechizo pues dice que sonríes como estúpida y que ahora usas su ropa - me señalo y yo me observe para después chasquear la lengua - al menos con la ropa no pareció mentir. ¿Cuanto tiempo llevas usando eso?

Rode los ojos, parecían mis madres con tantos interrogatorios

- un. se.m.na.- hablé por lo bajo, ella puso su mano detrás de su oído, indicando no haber escuchado - una semana - ella se levantó y se acercó para agarrar la camiseta por abajo

Trabajadora de la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora