17. No lo entiendo

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(este capítulo contiene escenas de sexo heterosexual, se recomienda discreción)

La tensión entre nosotras era palpable, no importa cuánto quisiera disimularlo o cuántas sonrisas me dedicará. Su mano fría y sudorosa, diferente de otras veces tan cálida y acogedora, me causaba escalofríos, como si realmente no quisiera ser tocada, pero aún así me correspondía con la misma normalidad de siempre. Han pasado varias semanas desde lo sucedido en el streptease, he tratado de hablar sobre el tema pero Catalina solo lo sigue evitando

Se hace la tonta como si en realidad nada hubiera pasado y eso me estaba comenzando a molestar, ¿Estaba herida por no haberle dicho? Aún así deberíamos hablar sobre eso, no puedo decir que es un malentendido porque es demasiado claro lo que sucedía en aquel lugar. Emilia decía que me lo tomara con calma, después de todo Catalina no estaba acostumbrada a mi trabajo, pero ¿Como no estarlo? Antes del local nocturno, parecía estar bien con mi profesión

Su mano acarició mi antebrazo, llamando mi atención. Voltee a verla, sentada a mi lado en el sofá de su departamento con la luz del sol entrando por aquel gran ventanal, perdiéndose detrás de su cabello cuando se inclinó cerca de mi rostro al notar que me había deslumbrado

- ¿Sucede algo? Te siento un poco distraída. A pesar de que tú querías ver esa película - con sus ojos apunto la televisión, haciéndome ver que ya había terminado y estaban pasando avances sobre otras. Suspiré buscando su mano, al enlazarlas ella la llevo hasta sus labios, para luego sonreír y dejarlas caer juntas en su regazo - pareces cansada, si quieres podemos ir a acostarnos un rato

- ¿Por que haces eso? - su expresión de confusión fue evidente, mire nuestras manos donde ella dejaba leves caricias con el pulgar - me siento inquieta por la manera en la que ignoras lo sucedido. Pareces estar guardando tu opinión y eso no me gusta - la sonrisa amable que asomaba sus labios se desvaneció, dando paso a una mirada perdida

- no hay mucho que pueda decir al respecto. Ustedes han vivido por muchos años de este trabajo y yo sabía que era imposible que lo hubieran abandonado de un momento a otro y más por las ganancias que este deja

- ¿Quieres que lo deje? - elevo su mirada, que antes imitaba la mía en nuestras manos unidas. Negó con cautela, su mano volvió a enfriar

- no puedo pedirte que hagas eso, tu cuerpo está acostumbrado a aquellas sensaciones. Como una adicción, te generaría abstinencia y creo que mis brazos aún no están preparados para eso - trato de bromear, pero su tenue sonrisa jamás llegó a iluminar sus ojos. De manera implícita dejo en evidencia que quería que lo dejara, pero no quería ser ella la causante de eso

- no creo que me suceda algo como eso, hace un tiempo también estuve pensado en dejarlo. Cada día es más peligroso y con lo que le pasó a Emilia aquella vez, siento que estoy lista para hacerlo - el brillo de sus ojos volvia a medida que hablaba, haciendo a mi corazón acelerarse gustoso por eso

- pero podrías tener problemas con tu jefe, en definitiva se enfadara - me levanté para poder sentarme en sus piernas, disfrutando las caricias que casi al instante sus manos comenzaron a hacer en mi cadera. Se inclinó, ofreciendo suaves besos en la separación que la falta de brasier había dejado entre mis senos, una de sus manos subió con lentitud por mi espalda, abrazándome

- no es como si fuera a desaparecer, además, aún podré ser camarera y seguir bailando en el escenario - introduje mi mano entre su cabello, acariciando su nuca cuando ladeó su cabeza para descansar en mi pecho

- tu corazón está inquieto -rei con suavidad, sabiendo que ella era la causa de eso. Un esplofrio me recorrió la espalda baja cuando comenzó a dejar suaves besos en el seno que quedaba frente a su rostro. Tire un poco de su cabello cuando apretó mi cadera, moviendo mi cuerpo más hacia el suyo

Trabajadora de la noche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora