Sophie Vera
Salimos de la sala del cine mientras yo voy comentando la película que acabamos de ver la cual ha sido Intensamente 2.
- Me ha puesto triste cuando Ansiedad provoca el ataque de Riley... -murmuro dejando que mis ánimos decaigan al recordarlo.
- No ponga esa carita de tristeza. ¿Recuerdas a Alegría estar trastornada?
- ¡Sí! Me hizo reír mucho esa escena. -recuerdo con una sonrisa en mis labios.
Vamos hablando de la película o mejor dicho, yo voy hablando de la película mientras Alexander me escucha y ríe conmigo en varias ocasiones pero pocas porque se concentra más en mis labios que en lo que voy diciendo.
- ¿Me estás prestando atención? -pregunto indignada.
Parece que la gente que va pasando a nuestro lado se está enterando más que él.
- Por supuesto.
- Mentiroso... -acuso entrecerrando mis ojos en su dirección haciéndole sonreír-. No has dejado de mirarme los labios con esa cara de embobado que pones cuando no haces ni puto caso a lo que te dicen, usas esa cara en la universidad.
En respuesta me besa acunando una de mis mejillas con su mano dejando suaves caricias en el pómulo con su pulgar causando que acepte su beso sin poder resistirme. Mientras que su dedo expresa suavidad y delicadeza sus labios me dan a entender que es capaz de arrancarme la ropa ahora mismo y follarme en cualquier esquina que encontremos.
- Quiero besarla, tengo demasiadas ganas de hacerlo y es inexplicable como nunca quedo saciado de sus labios o su cuerpo. -susurra sobre mis labios.
Paso mis brazos por sus hombros dejando que sus brazos rodeen mi cintura y nos arrastre a un lugar más privado cuando una queja de una señora nos llega a los oídos. Reímos una vez apartados y volvemos a besarnos siendo imanes para el otro.
- No vamos a hacer nada más que besarnos, ten eso presente. -murmuro acalorada por sus caricias en mi cintura y su intensa mirada que se niega a dejar de observar mis labios.
Deberá de sabérselos de memoria a este paso.
- ¿Por qué? En su casa podríamos.
- Mi periodo nos impide tener sexo, Alexander.
- A mí no, es solamente sangre. -se encoge de hombros.
- Es asqueroso, no lo haremos así, yo no estaría cómoda.
Al oír la última oración asiente con su cabeza respetando mi comodidad y lo que quiero o no hacer.
Me lanzo a por sus labios dejando que entierre su lengua en mi boca haciéndome perder el juicio y mi capacidad de razonar, deslizo mis manos hasta la goma de su chándal agarrando la misma sacándole un gruñido cuando rozo mis uñas estando tan cerca de su miembro, las manos de Alexander azotan mi trasero antes de estrujar mis nalgas y acercarme más a su cuerpo dejándome sentir su erección contra mi vientre bajo. Suspiro al alejarme de sus labios sintiéndome empapada y no por el periodo.
- A la mierda mi periodo, es simple sangre. ¿Dónde quieres follar esta vez? -le digo consiguiendo iluminar su mirada.
- La ducha en su casa, es perfecto para la ocasión. -responde.
Asiento y le beso una última vez antes de agarrar su mano llevándolo a rastras hasta la calle donde caminamos entre besos y caricias que nos calientan cada vez más hasta llegar a mi casa donde abro la puerta de la entrada con las manos temblando por los nervios que me causa sentir los besos de Alexander regarse por mi cuello negándose a darme una pequeña tregua que realmente no quiero tener.
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Nuestra divertida lista [+18]
RomanceAlexander se considera una persona demasiado sexual y fantasiosa. Adora disfrutar del buen sexo con una compañera de cama y otra de sus grandes pasiones es el hecho de conocer a las chicas que caen en su cama. Sophie anhela encontrar alguien quien...