¡Hola y adiós, papá!

Dieciocho

JaeMin caminaba de la mano junto a sus dos pequeños.

JungWon esta vez había aceptado su mano al salir del kinder y a JaeMin solo le faltó revolcarse de la felicidad.

Hablaron un poco durante el trayecto de regreso a casa.
MinJeong le contó sobre un cuento que leyeron antes de la siesta y JungWon le habló un poco sobre un nuevo dinosaurio que había estudiado.
A JaeMin le encantaba ver que su hija ya comenzaba a hablar un poco más, ya reía naturalmente, ya no buscaba esconderse detrás de su padre... era un increíble avance.

Caminaron hasta llegar al hogar de los pequeños.

En la entrada estaba el auto de JeNo, así que ellos habían tardado mucho caminando o JeNo había salido temprano.

Entraron los tres por la puerta y ambos niños corrieron a abrazar a su padre que iba saliendo de su habitación.

–Hola, mis pequeñitos. Vayan a lavarse las manos, ya vamos a comer.

Los dos asintieron antes de correr al baño.

JeNo aprovechó para abrazar a su esposo y darle un corto beso en los labios.

–Y hola mi rubiecito favorito.

–Uhm ¿favorito? ¿eso quiere decir que hay más?

JaeMin puchereo antes de reír junto a JeNo.

–¿Cómo estuvieron hoy nuestras mini bestias?

–¡Que crees! ¡JungWon hoy tomó mi mano y me respondió una pregunta que le hice!

JaeMin agitó a JeNo emocionado, mientras este solo le sonreía igual de feliz.

–Eso es un avance ¿no?

–Es lo mejor que me ha pasado en la vida.

JeNo iba a reírse, pero la repentina llegada de los niños a la sala hizo que se separara de JaeMin.

–Bueno, vayamos a comer.

MinJeong y JungWon fueron sentados en sus sillitas especiales, mientras JaeMin se balanceaba sobre sus pies sin saber que hacer.
¿Debía irse ya?
¿Se tenía que despedir?
¿Simplemente salía de la casa?
¿Les decía provecho?

–Hoon.

JeNo llamó por tercera vez hasta que JaeMin salió de su batalla mental.

–¿Me hablabas?

–Sí... ¿por qué no te sientas?

–¿Me puedo sentar?

–Por supuesto.

JaeMin sonrió apenado y tomó asiento a un lado de JeNo.

Su esposo colocó un plato de comida frente a él y JaeMin debía admitir que olía muy rico.

–¿Tú cocinaste esto?

–¡Claro que lo hice!

JaeMin entrecerró los ojos y JeNo puchereo rendido.

–Bueno... tal vez, pero solo tal vez fue un poquito comprado.

–¿Un poquito?

–Un poquito mucho.

JaeMin río y comenzó a comer junto a todos.

–Papá, ¿me pueles ayudar con mi carne?

JungWon acercó su pequeño plato hasta JeNo para que pudiera ayudarlo.

JeNo lo recibió y con ayuda de su cuchillo comenzó a cortar su carne en trozos más pequeños.

MinJeong al ver eso tomó su platito para extenderlo hacia un JaeMin que estaba embobado viendo a JeNo siendo padre.