En las bulliciosas calles de Tokio, Yuki Tanaka lleva una doble vida: reportera dedicada por el día y letal asesina por la noche, conocida en los bajos fondos como "Kurogane". Sin embargo, su mundo se tambalea cuando recibe un encargo inesperado: el...
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Una chica entró corriendo a la redacción, repartiendo cafés a sus compañeros. Todos agradecieron sin mirarla, sumergidos en sus tareas y sin prestarle atención. Cuando la chica se iba a sentar, su jefe la llamó al pasar detrás de ella.
—¡Tanaka! —la voz del jefe resonó en la sala.
Ella se levantó rápidamente de la silla y lo siguió hasta su oficina. El jefe, un hombre corpulento y de rostro severo, se giró hacia ella con un semblante crítico.
—Tu artículo fue muy bueno, Tanaka, pero carece de originalidad —dijo mientras revisaba unos papeles en su escritorio—. Necesitamos enfocarnos más en Ken Sato, en vez de la muerte de ayer.
—Pero, señor, los espectadores deberían saber más sobre lo que sucede en el mundo y no solo enfocarse en alguien que acaba de llegar —intentó defenderse Yuki.
El jefe se detuvo abruptamente y la miró con desdén.
—Lo importante es lo que damos a los espectadores, ¿entiendes? Y eso es dar una buena imagen. ¿Y qué mejor imagen que Ken Sato? —replicó, mirándola de arriba abajo.
Yuki, con un traje sencillo y un poco desaliñado, notó una mancha de café en su blusa. Sus pantalones anchos y suéter de lana no favorecían su figura, haciéndola parecer más descuidada de lo que realmente era.
—Deberíamos contratar personas más bonitas en vez de las inteligentes —murmuró el jefe, aclarándose la garganta.
El jefe la miró con indiferencia y añadió:
—Prepara una cita para mí más tarde.
—Pero yo soy reportera, no secretaria —intentó decir Yuki, pero el jefe ya había entrado en su oficina y cerrado la puerta.
Ella suspiró resignada.
—Soy reportera, no secretaria —susurró para sí misma, frustrada.
En ese momento, una taza de café le fue extendida. Yuki se giró y sonrió al ver a Ami, una colega de mirada suave.
—¿Dormiste bien, Yuki? Pareces cansada —le dijo Ami con amabilidad.
