En las bulliciosas calles de Tokio, Yuki Tanaka lleva una doble vida: reportera dedicada por el día y letal asesina por la noche, conocida en los bajos fondos como "Kurogane". Sin embargo, su mundo se tambalea cuando recibe un encargo inesperado: el...
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La noche empezaba a caer, tiñendo el cielo de un suave tono azul oscuro. Yuki y Ami salieron de la entrevista, sus pasos resonando en la acera. Ami sonrió a Yuki, tratando de aliviar la tensión del momento.
—Quizás deberías irte para la entrevista con el señor Sato —sugirió Ami con una sonrisa amable.
Yuki suspiró, asintiendo lentamente. La idea de pasar más tiempo con Ken Sato no le entusiasmaba, pero tenía un trabajo que hacer.
—Pero antes, ¿podría tener la entrevista en tu casa? —preguntó Yuki, su voz reflejando una mezcla de cansancio y determinación— Parece un lugar mejor para una entrevista que mi departamento.
Ami sonrió y asintió sin dudarlo.
—Por supuesto. Tendré todo listo.
Justo en ese momento, el sonido de una transmisión interrumpió su conversación. En una de las pantallas gigantes de los edificios cercanos, apareció una noticia de última hora: un nuevo ataque Kaiju. Neronga estaba atacando Akihabara. La imagen del monstruo arrasando con edificios y calles llenaba la pantalla, y la gente alrededor comenzó a murmurar con miedo y preocupación.
Yuki frunció el ceño, una expresión de preocupación cruzando su rostro. Su mirada se encontró con la de Ami, y vio la misma preocupación reflejada en sus ojos.
—Debo irme a prepararme —dijo Yuki, tratando de mantener la calma en su voz.
Hizo una reverencia rápida antes de comenzar a alejarse. Ami la observó con preocupación, pero también con comprensión.
—Tendré todo preparado —le aseguró Ami, levantando una mano para despedirse.
Yuki asintió y se alejó a paso rápido, su mente dividida entre la amenaza del Kaiju y la próxima entrevista con Ken Sato.
Finalmente, llegó a su destino, un pequeño callejón que usaba para transformarse sin ser vista. Miró alrededor, asegurándose de que nadie la observaba. Sacó el pequeño dispositivo que activaba su traje de nanotecnología y lo presionó, sintiendo cómo el traje comenzaba a cubrir su cuerpo rápidamente, ajustándose a cada contorno con precisión.
—No hay tiempo que perder —murmuró para sí misma, su voz decidida.
Con su traje de Akarui Tori completamente activado, Yuki se dirigió hacia Akihabara, lista para enfrentarse a Neronga y proteger su ciudad.
