─➤[ɪx. ᴄᴀʟɪᴅᴇᴢ ᴇɴ ᴇʟ ᴄᴏʀᴀᴢÓɴ]

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"𝐖𝐀𝐑𝐌𝐓𝐇 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓"

𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄

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Yuki caminaba hacia la oficina de su jefe con una mezcla de temor y resignación

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Yuki caminaba hacia la oficina de su jefe con una mezcla de temor y resignación. Sabía que había estado cometiendo errores en el trabajo, pero no podía explicar la verdadera razón detrás de su cansancio constante y su falta de atención. Cuando finalmente entró en la oficina, su jefe la miró con una expresión severa.

—Yuki, necesitamos hablar sobre tu desempeño —comenzó su jefe, con voz grave—. Has estado cometiendo muchos errores últimamente, y no estoy seguro de que este trabajo sea adecuado para ti.

Yuki sintió un nudo en el estómago. Quiso defenderse, explicar la situación, pero sabía que no podía mencionar nada sobre la bebé Kaiju. En su lugar, se obligó a aceptar las críticas con dignidad.

—Lo entiendo, señor. Haré lo posible por mejorar —dijo, tratando de mantener la compostura.

Salió de la oficina sintiéndose derrotada, arrastrando los pies hasta llegar a casa. Bajó al segundo piso y encontró a la bebé Kaiju en su jaula de contención. La criatura le sonrió, y Yuki devolvió la sonrisa, aunque con esfuerzo. Apenas tuvo tiempo de disfrutar de ese momento de calma cuando la puerta principal se abrió de golpe y Ken entró furioso.

Arrojó su casco con tanta fuerza que pasó cerca del cuerpo de Yuki. Ella se quejó, pero Ken la ignoró, dirigiéndose al gran ventanal con vista al océano.

—¿Transferirme? ¿A Ken Sato? —gritó a la nada, caminando hacia el cristal—. ¿A los Tigers? ¡A los Tigers!

Yuki suspiró, notando la rabia en su voz.

—Parece que no fui la única que tuvo un mal día —murmuró, más para sí misma que para él.

—¡Nadie transfiere a Ken Sato! —continuó Ken, pateando su casco con frustración. Se acercó al ventanal, donde un pez nadaba tranquilamente frente a él—. Lo... lo estoy intentando, ¿okey?

Yuki lo observó, sintiendo una mezcla de compasión y frustración. Ken miró a la bebé Kaiju a través del cristal y golpeó el vidrio, espantando al pez.

—¡Te alimento y limpio tus gigantescas popis! —gritó, cayendo de rodillas y sollozando.

Mina y Yuki intercambiaron una mirada antes de acercarse a Ken.

Ken, ¿estás... llorando? —preguntó Mina con suavidad.

Ken se limpió la nariz y las lágrimas rápidamente, tratando de mantener su fachada de dureza.

𝐋𝐮𝐳 𝐲 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 ⸻ 𝐔𝐋𝐓𝐑𝐀𝐌𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora