Lalisa y Roseanne son dos prometedores talentos futbolísticos del país. Las dos chicas juegan para la selección de la categoría C-17 y su meta es ganar el campeonato del mundo en Costa Rica.
Su conexión en el campo es evidente pero.. ¿Qué pasa cuand...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desde que Rosé me había entregado el cómic para Diana, lo había leído en un estimado de veinte veces. Ni siquiera podía recordar cuando me había dormido porque había estado muy absorbida en la historia que rodeaba a mi hija quien era un súper héroe jugando fútbol. Cuántas más veces miraba los dibujos que capturaban la historia, más me daba cuenta de lo horrible que había tratado a Rosé. Tal vez ella tenía razón y lo mejor que podía hacer por ella era dejarla en paz después de todo por lo que le había pasado por mi culpa. A la mañana siguiente era el momento para nuestra partida. Todo el equipo se dirigía al aeropuerto y luego nos iríamos por caminos separados. Llegué al vestíbulo y vi a Rosé con Nayeon. Se estaban riendo de algo en el iPad de Nayeon mientras yo trataba de mantener un perfil bajo. Eso fue difícil de hacer cuando vi a Jisoo entrar en el vestíbulo del hotel. No habíamos hablado desde nuestra pelea de hace unos días y, por lo tanto, desde nuestra ruptura asumí. Estaba más que sorprendida de verla.
Afortunadamente no todo el mundo estaba en la planta baja, así que teníamos un poco de tiempo para nosotras. La chica baja se me acercó rápidamente y yo estaba completamente congelada.
-No puedo dejar que te vayas así.-Jisoo explicó y me di cuenta que Rosé nos miraba por el rabillo de mi ojo. -No fue mi intención que las cosas estallaran, lo siento.
-No eran mi intención pelear contigo tampoco.-le contesté en voz baja a pesar de que era posible que Rosé nos estuviera oyendo debido a la distancia.
-Tenías razón. Te juzgué mal porque estaba celosa aunque no me has dado ninguna razón para desconfiar de ti últimamente.- la castaña siguió su camino, mientras que mi cabeza daba vueltas. -No quiero tirar lo que tenemos a un lado por una acalorada discusión si todavía quieres estar conmigo. Y no tocaré el tema nunca más, lo prometo.-Jisoo sonaba esperanzada y nerviosa al mismo tiempo. Mi corazón latía tan rápido que me sorprendió. Debería estar en la luna con la perspectiva de volver a estar juntas. Pero no lo estaba. Algo había cambiado.
-Creo que es mejor si nos quedamos como amigas.-le dije con cautela ya que la cara de mi exnovia se cayó.
-Oh.- suspiró ella ya que al parecer no esperaba esa respuesta. -Oh repitió ella y me sentí horrible por defraudar a otra persona que me importaba.
-Lo siento mucho.- susurré y respiré hondo.-No quiero lastimarte más de lo que ya lo estoy haciendo. Eso es al parecer la única cosa que he estado haciendo últimamente.
-¿Qué ha cambiado?.- preguntó ella simplemente y me miró fijamente.
-Eres una persona increíble.- respondí con sinceridad. -Siempre has estado ahí para mí. Sobre todo en aquellos momentos en los que nadie estaba y te quiero por eso
-Pero no estás enamorada de mí.- me interrumpió y tomó las palabras de mi boca. Tal vez no había sido tan directa pero ella había puesto el dedo en la cabeza. Me había decidido por ella a pesar de la duda.