Capitulo 25

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Se sentía como un sueño o una pesadilla más adecuadamente. Acababa de regresar del hospital y ahora estaba de vuelta a la habitación del hotel, empacando mis cosas. Bajo cualquier otra circunstancia, estaba segura de que el hotel me hubiera corrido desde que había destrozado su cuarto de baño. Al explicar la situación de mi familia que provocó la crisis, Nayeon había conseguido su piedad al parecer. Tenía la oportunidad de quedarme una noche más y también mi amiga cercana. No sólo Nayeon me había llevado al hospital, ella había estado allí todo el tiempo, mientras que yo conseguía puntos de satura en mi mano y un IV para recuperar la sobriedad. Ella era una buena amiga y estaba segura que no la merecía. El vendaje en mi mano me estaba molestando. Afortunadamente, tenía una alta tolerancia al dolor y las puntadas no me molestaban. Era incómodo, pero el dolor no era demasiado malo. No era nada comparado con el dolor que sentí cuando me acordé de lo que había pasado en el baño hace unas horas. La mirada de miedo en los ojos de Diana se había incrustado para siempre en mi cerebro. 

Enviaba un escalofrío por mi espalda cada vez que me acordaba de ella. Mi pulso se iba por las nubes, una vez más, como mi mente vagaba a la memoria fresca de yo gritándole a Lisa y quebrarme completamente frente a ella. Con todo lo ocurrido, había logrado meter la pata en la única cosa buena en mi vida. No había ninguna duda en mi mente que no iba a saber de Lisa en un tiempo y con razón. No me hablaría a mí misma si yo estuviera en su posición. Oí un golpe en la puerta y supuse que era Nayeon que había traído la cena para nosotras. Mi corazón se dejó caer cuando vi los orbes marrones familiares encontrarse con mi mirada. ¿Esto era la vida real?

-H-hey.- tartamudeaba claramente sorprendida de ver a Lisa de pie delante de mí.

-Hey.- respondió ella en voz baja. 

-¿Puedo entrar?

-Claro.- asentí después de darme cuenta de que estaba bloqueando el camino con mi mirada fija flagrante y no movimiento. -Pensé que todo el mundo se había ido.

-Yuna y yo reprogramamos nuestros vuelos.- la más joven me informó mientras entrabamos a la habitación. -Queríamos asegurarnos de que estuvieras bien.-Me quedé muy sorprendida. Sentada en el borde mi cama, la morena sacó una silla y tomó asiento frente a mí. Estaba demasiado conmovida para hablar y sólo vi que sus ojos cayeron a mi mano lesionada. No era consciente, pero me tensé al instante. La realidad de lo que ella había visto antes estaba empezando a hundirse..-¿Cómo está tu mano?.-Su voz sonó ronca por un momento, pero todavía suave.

-Está bien. Con unos pocos puntos de satura.- respondí con indiferencia porque me importaba una mierda mi mano ahora mismo.

-¿Te duele?

-En realidad no.- respondí vagamente y me sentí tan increíblemente vulnerable bajo su mirada escrutadora. La preocupación era claramente evidente y un largo momento de silencio incómodo siguió. Nerviosa, moviendo mi pierna, finalmente reuní el valor para hablar. -No sé qué decir para ser honesta. No hay nada que posiblemente pueda decir para explicarte cuánto lo siento. Estoy tan avergonzada...Apenas puedo mirarte.

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