Capitulo 15

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Esto era todo. Mi último disparo. Era la última idea desesperada que tuve para sostener cualquier tipo de relación con la rubia de pie en frente de mí. Proponerle que fuéramos amigos con beneficios podría ser la mejor o la peor que idea que había tenido. Todo lo que sabía en este momento era que ya no podía soportar más la tensión. La deseaba más de lo que había deseado nunca a nadie. Estar alrededor de ella y compartir un cuarto era una tortura total después de nuestra última conversación en Boston. Una parte de mí quería dejarla ir, por su bien. Otra parte de mí quería aferrarse para siempre, por mi bien. Resultó que estaba siendo egoísta, una vez más. Pero no importa, había pequeños momentos en los que había encontrado una esperanza de que podría haber una oportunidad para nosotras. Dormir con ella era bastante drástico, pero tal vez lo relacionado con la intimidad sería obligarla a entrar en contacto con sentimientos no resueltos que posiblemente estaban enterrados en algún lugar en el fondo. ¡Por no hablar de que en serio quería dormir con ella! Se sentía como si las anteojeras se habían caído en las últimas semanas. No se podía negar en lo que mucho que me sentía atraída por ella en todas las formas posibles. En realidad, sentía como si estuviera siendo arrojada de vuelta al pasado. Antes, cuando habíamos estado en el equipo juvenil, Rosé me había confundido más allá de la creencia. 

Había estado luchando contra mis sentimientos por ella a cualquier precio y esto se sentía similar. Y qué si intentábamos ser informales de nuevo, sólo que esta vez no me daría por rendida sino que daría lo mejor de mí para usarlo como base para algo más. Bajo cualquier otra circunstancia probablemente no habría actuado por mis deseos, pero después de otra pelea, esto era completamente inútil, porque las dos estábamos tratando de proteger a la otra. No iba a sobrevivir otra noche en esta habitación del hotel con la cantidad de tensión entre nosotras. 

Esa era la razón por la que siempre peleábamos, ¿No? Para liberar parte de la electricidad que cobraron nuestros sistemas por así decirlo. O al menos esperaba que esa fuera la razón ya que no podía soportar la idea que en realidad no nos gustábamos. Estaba segura como el infierno que ella me gustaba. La cuestión era cómo Rosé reaccionaría ante mi oferta inesperada. Ella parecía sorprendida lo que era comprensible. Pero lo más importante para mí era la disminución de su fachada imperturbable. Comencé a ganar un poco más de esperanza de que ella no estaba por encima de nosotras como ella quizá quería yo creyera. Ella no estaba protestando mucho. La incredulidad era más evidente en su rostro, esa hermosa cara con esos labios cualificados que estaban tan cerca de mí por ahora. Yo estaba cada vez más cerca y forcé una decisión.

Antes de que me diera cuenta, mis labios estaban sobre los de ella. Presionándolos suavemente uno contra el otro, sentí un poco de miedo por el lado de Rosé, pero traté de disminuir añadiendo más presión. Ella exhaló fuertemente por la nariz y la resistencia se estaba desmoronando. Se sentía como si se hubieran invertido los papeles y yo era la que estaba seduciendo a la chica mayor. Mis manos estaban agarrando el dobladillo de su playera con fuerza antes de que el beso suave terminara. En lugar de alejarme, abrí los ojos por un segundo y vi que los de ella seguían cerrados. Acercándome de nuevo, capturé su labio superior entre los míos con más asertividad y la sentí devolver el beso. Mi corazón latía como loco en cuanto ella correspondió. No pasó mucho tiempo para romper las últimas barreras porque chupó suavemente mi labio inferior. Dios, odiaba y amaba al mismo tiempo el gran besador que ella era. Sus labios se movían al unísono con los míos, aplicando la cantidad justa de presión, deslizando su lengua sensualmente sobre mi labio inferior para burlarse de mí ante de que sus ambas manos ahuecaran mi cara. 

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