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—Matu, estás bien.

El soltó una risa y yo salte a sus brazos.

El me agarró para que no me caiga y me abrazo.

—Si chiquita, no te preocupes.

—Me asusté.

El me acaricio la espalda y dejo algunos besos en mí cuello.

Fuimos a su departamento y preparamos comida.

—Somos unos genios, amor.

Yo asentí y sonreí.

Nos acostamos en la cama y yo lo abracé.

El correspondió y me beso.

Me subí a sus piernas y el me agarró de la cadera.

Profundizó el beso y me apretó la cintura.

(...)

Me acosté en su pecho desnudo y el me beso la cabeza.

Nos quedamos dormidos abrazados.

Nos despertamos y yo tuve que irme.

Cuando llegue a mí casa me bañe y baje a merendar.

—Hola Nicki.

—Hola.

—¿Saliste?

—Eh, si.

Ella hizo una "M" con las manos y yo asentí.

—¿Está bien?

—Si, ya está bien.

—¿Quien está bien?

—Romita, estuvo internada porque estaba enferma.

—¿Quien es?

—Es la perrita de Emilia.

—Ah, bueno, yo me tengo que ir, chau.

—Chau, amor —Dijo Liliana.

—Chau.

Mí papá se fue y ambas suspiramos.

—Safaste.

—¿De?

—De que te vea el cuello.

Me fijé con la cámara del celular y vi que tenía un chupetón.

—Ah, si, eh...

—No me tenés por qué decir nada, yo se que no soy tu mamá como para que me cuentes tus cosas.

Yo solamente asentí y ella hablo.

—Solamente te pido que uses protección, tenés Diecisiete años.

Asentí otra vez y hablé.

—Yo... quería pedirte algo.

—Si, decime.

—Como... Osea eh.

—Tranqui, respira.

—¿Cómo es el tema de las patillas anticonceptivas?

—Depende de la persona, si querés te puedo acompañar al ginecólogo y que te diga.

—Si, porfa.

—Bueno, después saco un turno.

Yo asentí y me levanté.

—¿Te puedo abrazar?

Ella no dijo nada y me abrazo.

—Gracias.

—No es nada, cada vez que necesites algo no dudes en pedirmelo.

Yo asentí y me separé del abrazo.

¿Amor o odio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora