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-¿Que te pasa Nicole?

Me seque las lágrimas y sonreí.

-Nada.

El me miró fijamente y yo negué.

-Voy a hacer como que te creo.

Nos quedamos en silencio un rato hasta que sentí su mano sujetando la mía.

Lo mire y el me sonrió.

-¿Me vas a decir?

-Mi papá, como siempre, me trata mal, me dice cosas horribles y no entiendo por qué.

-Tranquila, se le va a pasar, cuando vea que a vos no te cambia en nada se va a rendir y te va a dejar tranquila.

-¿Y hasta ese momento?

-Llora, o hace lo que sientas, si querés hablar podes venir conmigo, yo también pase por eso.

-Gracias, Mateo.

El solamente sonrió y negó.

-No me tenés que agradecer, somos amigos ¿No?

Yo asentí y sonreí.

-¿Te puedo pedir algo?

-Si, obvio.

-¿Me abrazas?

El no dijo nada y solamente me atrajo hasta su cuerpo y yo escondí mí cabeza en su cuello.

Sentí el calor de su cuerpo junto al mío y sonreí.

El acaricio mí espalda y yo cerré los ojos.

Me separé después de unos minutos y el sonrió.

Yo también sonreí y me tense cuando note lo cerca que estábamos.

En ese momento se escuchó un auto frenar y ambos nos dimos vuelta.

Era la camioneta de mí papá.

Mateo me dio un beso en la mejilla y se fue.

Yo me quedé sentada y escuché los pasos de mí papá detrás de mí.

-Aca estas.

Yo solamente asentí y el suspiro.

-¿Por qué estás así últimamente?

-¿Asi como?

-Asi rebelde, vos nunca fuiste así, ¿Que te pasa? ¿Que te está cambiando?

-Nada, supongo que ya no tengo cinco años, ¿No?

-No ya no sos una nena, pero actúas como una.

-No actuó como una nena, el que cambio sos vos.

-¿Yo?

-Si, vos, me tratas mal y nosé porque.

-Nicole, vos estás con los del bando enemigo.

-No estoy con ellos, estoy con ustedes, y si hablas del hijo de peligro, no es que este de su lado, pero aunque no me creas, el me entiende.

-¿Y yo no?

-Como me vas a entender si ni siquiera me escuchas, o estás trabajando, o estás con Liliana, o estás de viaje o no me das bola, te estoy pidiendo ayuda a gritos y vos no me escuchas, preferís trabajar antes que estar con tu hija y interesarte en que le pasa, y aunque digas lo que digas de Mateo, el por lo menos me escucha, aunque sea del otro bando, aunque sea tu enemigo, el al menos intenta entenderme, y si no me entiendo por lo menos me escucha.-Grite y el se quedó en silencio.

Yo me levanté y me fui.

Llegué a casa de emi y toque la puerta.

Me abrió su mamá y la saludé.

¿Amor o odio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora