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Lo abrace lo más fuerte que pude sin lastimarlo y el sollozo.

Acaricie su espalda y dejé un beso en su frente.

No intente que deje de llorar, sabía que tenía que desahogarse.

Solamente decidí que lo iba a acompañar en este momento.

Después de llorar durante un rato se quedó en silencio y yo agarre su cara.

El me miró fijamente y yo intenté sonreírle.

—¿Querés algo?

El negó y yo acaricie su cabeza.

—¿Cómo está emi?

—Mal, ni siquiera sabe que es lo que pasa, le dije que chucho se había ido a otro lado pero escucho que mí papá dijo que bueno, lo que pasó.

——Es muy difícil a esa edad.

El asintio y se levantó.

—¿Matu?

—¿Podemos ir al techo?

Yo asentí y subimos.

Yo tenía mucho miedo pero el se veia muy tranquilo.

Le agarra la mano y el la apretó con fuerza.

Vi unas lágrimas correr por sus mejillas y acaricie la Palma de su mano con mí dedo.

El miraba al cielo y yo lo imite.

El susurro algo y se recostó en mí hombro.

Acaricie su mano y lo deje que se desahogue.

(…)

Meses después....

—Matu, tenemos que hablar.

—Si chiquita, ¿Que pasa?

—Tenemos un problema.

Le mostré el Test de embarazo y el lo agarro.

—¿Que?

Me encogí de hombros y el me miró fijamente.

—¿Es mentira?

—Ojala, perdón.

El solamente me abrazo y yo me derrumbe.

—Perdoname.

—No, no, ya está, es culpa de los dos.

—Mateo, nos van a matar.

—No va a pasar nada, chiquita.—Dijo separandose del abrazo.

—De por si no apoyan nuestra relación, menos esto.

—No importa, importa tu opinión, nada más.

—No sé tengo miedo.

—Decidas lo que decidas, yo te apoyo.

—No es su culpa.

—No, pero si es tu desición.

—¿Si?

—¿Es lo que querés?

—Si.

—Listo, decidido.

—¿Les vamos a Decir?

—Supongo que deberíamos.

—Okey, ¿Primero a Liliana?

—Como quieras.

Asentí y el me agarró la mano.

(…)

¿Amor o odio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora