El lenguaje del mar | Lookism

cinco.

"¿Le tomaste una foto?" Las voces llegaron ruidosas desde la esquina del salón donde el grupo de chicos se había acomodado. "Sí, ¿quién quiere ver?"

"Chicos, ¿de qué están hablando?"La pregunta resonó por el aula mientras la chica, con un puchero en los labios carnosos, se acercaba al grupo moviendo las caderas. Hermosa, pensó Jihoon. Observó la pantalla de uno de los celulares con evidente disgusto. "¡Uy, qué asqueroso! ¿Qué les pasa?"

Los chicos rieron entre dientes, centrados en su conversación. "El puño de Jin Sung es tan rápido que ni siquiera pude verlo", comentó uno de ellos.

Jin Sung, a quien Jihoon había aprendido a identificar, se encontraba en una silla algo apartada del grupo. Tenía los ojos estrechos, el cabello peinado hacia atrás con gel, y lucía pequeños aretes negros en los lóbulos de las orejas. Vestía un suéter negro con la imagen de un rottweiler gruñendo en el pecho, proyectando una apariencia desafiante y segura de sí mismo.

"Oye, detente. No estoy orgulloso de eso", murmuró Jin Sung, echando un vistazo alrededor del aula con una sonrisa socarrona. Parecía consciente de la atención que atraía, especialmente la de una chica de cabello castaño claro sentada en la primera fila conversando con otra chica, ajena a todo.

Jihoon observaba la escena con desdén. Recordaba demasiado bien a los chicos populares de su antigua escuela, siempre alardeando y buscando llamar la atención. Suspiró y apretó los labios en una línea fina.

"V-vamos, Jihoon. No les prestes atención", susurró Hyung-seok, pareciendo incómodo de pronto. Jihoon asintió, tratando de enfocarse en la conversación con su primo.

"¿Qué planes tienes para el fin de semana?", insistió Hyung-seok, intentando cambiar el tema.

Jihoon reflexionó un momento antes de responder. "No lo sé aún. Quizás explore un poco la ciudad, ver qué hay por descubrir", dijo, aunque en realidad no tenía muchos planes definidos. La idea de pasar el fin de semana solo, sin un rumbo claro, le parecía un poco desalentadora.

"Podríamos salir juntos", sugirió Hyung-seok. "Hay un nuevo café cerca de mi casa que parece interesante."

"Sí quieres, claro" respondió Jihoon de forma monótona.

La sonrisa encantadora que Hyung-seok le dedicó a Jihoon se desvaneció rápidamente cuando el bullicio del fondo los atacó una vez más: "Ahora que lo pienso. La mamá de ese cerdo, debe ser un cerdo también",

Jihoon observó cómo su primo apretaba las manos sobre el pupitre, su rostro palideciendo visiblemente mientras bajaba la mirada hacia abajo. Parecía al borde de la angustia, como si estuviera a punto de vomitar. Jihoon abrió los labios, sus párpados agrandaron sus ojos antes de que presionará los labios en una línea.

Inclinando la cabeza hacia atrás, Jihoon desvió la mirada hacia Park Han Neul. "Oye, tú, chica", llamó a la joven, quien lejos de ofenderse por su tono informal, sonrió y prácticamente corrió de regreso a su pupitre. "¿Me llamaste, Jihoon? ¿Qué necesitas?", preguntó ella, apoyándose casualmente contra el pupitre."Dime, ¿de qué están hablando?", Jihoon preguntó, notó una ligera contracción en el rostro de la chica ante el tono frío de su voz, aunque esta sonrió nuevamente medio segundo después. "No lo sé. Parece que Jin Sung le dio una lección a un chico gordo. Están presumiendo una foto suya desnudo", respondió con honestidad, agregando con una risita, "son tan infantiles, ¿verdad, Jihoon?"

Jihoon, mientras tanto, se levantó de su asiento y tomó el cuaderno de Hyung-seok que descansaba en el pupitre. "Ah, ya veo. Hyung-seok, préstame esto, ¿está bien?", solicitó, tomando a su primo por sorpresa con el repentino pedido. Hyung-seok, aún sorprendido, balbuceó un "s-sí... claro. ¿A dónde vas, Hyeong?"