NUEVE (II PARTE)

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—Tienes que combinar el maquillaje con el uniforme. —Me regaña Andrew. —Para trabajar en un club tienes que llamar la atención, y así, tener más clientes y más dinero.

Sonrío divertida.

—Son solo gente con dinero los que van a ese club. —Digo, mirándome en el espejo. — Supongo que por eso pagan muy bien.

El suspira, dejando las brochas en el tocador.

—Ojalá yo trabajara en ese club. —Andrew suspira con lastima. —Bien, ya estas lista.

Me veo en el espejo y estoy como que si yo fuese el cliente y no la que trabaja. Tomo mis cosas y espero que él busque entre todas las cosas que dejó tiradas las llaves del coche.

Espero pacientemente hasta que las consigue. Me las enseña con una sonrisa triunfal. Bajamos las escaleras y me encuentro con Lesly, quien está dejando unas cosas en la mesa.

— ¿A dónde van? —Pregunta, mirándonos confusa.

—Andrew me llevará al trabajo. —Aclaro.

— ¡Yo voy!

Sin esperar respuesta sale con nosotros hacia la puerta. Una vez que estamos en el coche, veo la hora. Solo tengo media hora para llegar.

— ¿Cómo es que conseguiste trabajo así tan rápido?

—Al tener experiencia atendiendo en un bar, me contrataron de inmediato. —Explico. —Además de que ya había dejado mis papeles y hable personalmente con el jefe. Los demás es cuento.

Es Lesly quien maneja y me sorprende ver que lo hace con bastante facilidad, ella ya sabía hacerlo, pero muy poco, siempre nos llevaba mi hermano y Andrew a donde sea que íbamos. Ahora ella lo hace como si tuviera años haciéndolo.

Me trago mis preguntas cuando veo que llegamos a la puerta de mi trabajo. Aun es bastante temprano. Iba a quitarme el cinturón pero está el dato importante que no me lo había puesto. Lo bueno es que no se dieron cuenta y abro la puerta.

—Nos vemos mañana—Me despido.

— ¿Mañana? —Pregunta Lesly, mirándome confusa.

—Oh, si. Salgo a las tres de la mañana.

Ella entreabre la boca y salgo del coche antes de engancharme hablar.

Ellos se van y entro al club, encontrándome con Zoey y Jayd, molestándose unos a otros.

—Eres un maldito asqueroso. —La escucho decir. —Además, no te pedí esa información.

—Hola, chicos—Saludo cuando llego a ellos. Zoey tiene una cara de asco pero la cambia cuando me mira y me sonríe.

— ¡Una persona decente ya está aquí! —Exclama.

Los miro, sorprendida.

— ¿Qué?

—Yo soy una persona. —Dice Jayd, mirándola con una ceja enarcada.

Zoey niega con la cabeza, mirándolo como si quisiera asesinarlo.

—No, tú no puedes considerarte persona, ¡Ni siquiera un maldito animal! —Sigo estando sorprendida por cómo le habla. —He estado buscándote algún parecido con algún animal, pero no hay. Tú has rebasado los límites. Es increíble.

Jayd la mira fingiendo indignación.

—Tienes suerte de que mi corazón es de acero, porque si no, tendrías que cargar con la culpa en tu conciencia de haberme roto el corazón.

Luz y oscuridad (¡NUEVA VERSIÓN MUY PRONTO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora