VEINTICUATRO

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Penúltimo capítulo.

Escucho un motor apagándose frente a la casa y espero pacientemente que abran la puerta. Lesly les ha dado las llaves a Demián, pero no lo hacen, solo tocan puerta.

Miro a la morena que frunce el ceño pero como siempre, Lesly se apresura abrir, encontrándose con mi padre.

— ¿Dónde está mi hija? —Escucho decir a mi padre en la entrada, con una voz completamente firme.

La novia de Dylan se da la espalda y sube rápidamente las escaleras como si no quisiera que la mirasen.

—En la cocina, ¿pasa algo?

Para fingir que no estoy angustiada empiezo agarrar cosas de la cocina para comer mientras miro el móvil.

¿Qué habrá pasado?

Estoy de espalda picando varias frutas con las manos temblorosas.

—Hannah. —Me llama mi padre. Me doy la vuelta para mirarlo. —Tenemos que hablar.

Frunzo el ceño, confusa, preocupada. La verdad ya ni sé que es lo que siento en este momento.

— ¿Sobre qué?

El suspira, mirando a su espalda. Lesly ha hecho el ademan de acercarse a mí, se detiene cuando mi padre la mira fijamente. Ella lo entiende perfectamente y también sube por las escaleras como lo hizo la morena.

— ¿Y bien? —Vuelvo a preguntar cuando estamos solos.

El vuelve a mirarme, empezando hablar:

—Puede que esto te parezca confuso pero, necesito que me digas donde está tu novio.

Ladeo la cabeza, mas confundida aun.

— ¿Qué novio? —Pregunto. No puedo decirle a nadie y me duele tener que mentirle pero, si a esas vamos, ¿Por qué mi padre pregunta por él? — ¿De qué rayos hablas?

—Maximiliano, hija, ¿no se llama así?

—Sabes perfectamente que no es mi novio. ¿A qué viene todo eso?

El se toca el puente de la nariz.

—No mientas a tu padre.

—No estoy mintiendo. —Miento descaradamente. — ¿Qué pasa con ese chico?

—Quiero que te alejes de él.

Lo miro confusa y ofendida, pero tengo que seguir disimulando.

— ¿Qué? ¿Y se puede saber por qué? —Pregunto, más defensiva de lo que me gustaría admitir. —Es un buen amigo.

Y besa demasiado bien.

Aunque eso no debería saberlo él.

—Hannah, aléjate de ese chico. El es peligroso, no te acerques a él.

—Es imposible si mejor lo piensas.

Mi padre pone los ojos en blanco.

— ¿Por qué, Hannah?

—Es amigo del novio de Les, y yo soy la amiga de Lesly. De igual manera nos vamos a ver más seguido.

—No, no será así.

— ¿Y por qué no? —Inquiero, alterada.

Ya me está colmando la paciencia, y eso que es mi padre.

Está actuando demasiado extraño, me está mostrando una faceta que no conocía de Emilio Jones.

—La empresa en la que estoy trabajando te ha dado un cupo en una de las Universidades privadas en Atlanta.

Luz y oscuridad (¡NUEVA VERSIÓN MUY PRONTO!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora