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LOS GEMELOS TOKITO 2

El día tal vez no fue como Genya había deseado, pero no por eso menos satisfactorio.

Cuando ingreso a la casa de su dulce novia, fue algo extraño ver al pequeño niño de cabello negro con mechas verde menta abrazado a la cintura de (T/N), mientras ella con una sonrisa acarició los largos cabellos dejando ingresar a Genya al domicilio.

-No sabía que vendrías, Genya, ¿Habíamos quedado?

-Eh no... no... Yo solo...-

El chico de cabello negro guardo silencio, realmente no sabía como abordar la situación, no quería arruinar la sorpresa, pero tampoco parecía factible salir de casa llevando consigo a un niño pequeño. Bueno, realmente no sería algo complicado, ¿Verdad?

¿Qué complicación podría ser cuidar de un niño pequeño mientras disfrutaban de su día con su novia?

Bueno, claro que sería fácil cuidar, tan solo SÍ, tan solo SÍ fuese un solo niño... Pero para su suerte o desgracia (dependiendo del punto de vista) al ingresar a la cocina de la familia Himejima, Genya se quedo con el rostro totalmente en blanco. En la silla de la isla de la cocina, estaba sentado una copia del niño que le había abierto la puerta con desconfianza.

-¿Quién es ese?

Pregunto una dulce, pero fría voz que hizo paralizar a Genya en su lugar.

-¡Oh cierto!- aplaudiste con emoción reflejada en tus ojos mientras abrías el refrigerador con una sonrisa ignorando la pregunta del menor para sacar una jarra con jugo de naranja recién exprimida.

-Toma asiento cariño, te serviré el desayuno.- volviste a decir para que Genya tomará asiento.

No importa lo raro que se sentía el ambiente, para el dulce azabache no había cosa que pudiera negar ante tu bella sonrisa.

Aunque se sentía algo angustiado por la extraña escena que sucedía ante sus ojos, con un breve suspiro tomo asiento en la mesa frente ahora ambos niños. Sin demorar ni notar la tensión en el ambiente serviste los vasos a cada uno y los panqueques que habías preparado, como si quisieses ser la mejor ama de casa pusiste en el centro mermelada (tu sabor favorito), algo de fruta picada, cajeta, chispas de chocolate y lechera.

Genya tuvo que admitir que para no ser una buena cocinera, realmente te habías esforzado con aquellos panqueques, la habitualmente forma redonda no lo era, era graciosamente ovalada con alguno que otro trozo faltante. Por suerte no estaban quemados ni crudos, estaban en un punto comestible, pero para Genya por el simple hecho de ser tuyo le bastaba para que fueran un manjar.

-Por cierto, los presento, jejejej.- te sonrojaste por no haber presentado a los gemelos ni a tu novio como correspondía la etiqueta, haciendo que los gemelos miraran de soslayo al chico frente a ellos.- Niños, les presento a mi novio Genya Shinazugawa, Genya te presento a los gemelos Tokito, Muichiro y Yuichiro.

-El no puede ser tu novio.- interrumpió tu presentación el pequeño Muichiro cruzando sus pequeños brazos sobre su pecho.

-Es verdad.- expreso secamente Yuichiro con una expresión seria en su rostro.

-¿Eh! ¿Y porque no?- bromeaste ante su actitud poco amable.

-Por que cuando seamos grandes te vas a casar con nosotros.- respondieron al mismo tiempo los gemelos sin dejar de ver a Genya. 

Los ojos lavanda del azabache se quedaron observando a los gemelos que comenzaban a comer sus panqueques sin ninguna otra preocupación, después desvió sus ojos a ti para ver que se había perdido, pero tu sonrisa, así como la ligera sacudida de tu cabeza, le indicaba que todo era parte de la forma de ser de los niños.

De ninguna manera podía sentirse celoso de ese par.

Por muy lindos que estos fueran.

Con una sonrisa en los labios procedió a comer su desayuno, pese a todo Genya se relajo al ver como los niños disfrutaban su desayuno, intercambiando panqueques o hablando en un extraño lenguaje entre ellos. Su mente rápidamente se pregunto, si este ambiente sería el mismo si en vez de los gemelos, fueran sus propios hijos, es decir hijos tuyos con Genya.

Estaba claro que serías tan dulce y amable por naturaleza, por lo que seguro que el también trataría de ser un buen padre y procurar que nada les faltará.

Sí, era un buen sueño, aunque no tuviera una clara idea de como sería un hogar así, haría todo lo posible por darte eso y más.

- Y ¿Qué edad tienen chicos?- pregunto Genya ante el silencio.

Ambos pares de ojos verdes menta lo miraron con la cabeza ladeada en sincronía por lados opuestos.

- 6 años.- respondieron de igual sincronía mientras levantaban sus manitas delante para señalar el número; considerando su edad no era extrañar que se hubieran equivocado haciendo reír a los mayores.

-Oh, entiendo, ya son niños grandes.

-Si y por eso nos vamos a casar con (T/N).- dijo Muichiro con una sonrisa mientras terminaba de beber su jugo.

-Así es, ella es la mujer más hermosa después de mamá y nos cuida igual de bien.- refuto seriamente Yuichiro.

-¡Que dulces!- abrazaste con ternura a los gemelos depositando suaves besos sobre sus pequeñas cabezas. Genya sintió calidez en su corazón al verte tan amorosa, sin duda alguna serías una madre y esposa perfecta.

Cuando terminaron de desayunar procediste a lavar los trastes o al menos lo intentaste, ya que de alguna forma los gemelos comenzaron a jalar de tu ropa para que pudieras jugar con ellos; el más insistente por supuesto era Muichiro, pero su hermano pese a lo serio que se pudiera mostrar también buscaba llamar tu atención, por lo que sin dudar Genya decidió tomar tu lugar lavando los trastes para que pudieras cuidar de los niños.

-¿Estas seguro? no creo tardar y estoy segura que podré hacer que Muichi y Yuichi puedan esperar un momento.

-No te preocupes, puedo hacerlo sin problema, además... estoy bastante seguro que ellos no van a dejarte en paz.

 Con una sonrisa en tus labios y un sonrojo en tus mejillas tomas de las manos a los gemelos para caminar a tu sala de Star y jugar con los niños, con algo más de calor en tu cuerpo y totalmente apenada, dejas a los niños sentados mientras corres de nuevo a la cocina robando un casto besos de los labios de Genya, dejándolo totalmente sonrojado cuando de forma descarada sonríes triunfal para ti regresando con los gemelos.

Tan pronto como terminó Genya decidió regresar a la sala, donde no pudo evitar sentir su corazón derretirse de ternura.

Ahí estabas tú sentada en la felpa suave de la sala con los gemelos armando una nave de Star Wars con legos, no estaba seguro si te gustaba siquiera la franquicia, pero realmente estabas entretenida y los chicos parecían disfrutar cualquier cosa que animará su intelecto.

¡TE AMO! (GENIA X TN) (EN CORRECCIÓN Y PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora