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PRIMER INTENTO PARA INVITARTE A SALIR (II)

(T/N) Himejima es considera una chica con mucha paciencia por todos los que la conocen, siendo delegada de tu clase ciertamente tenías que serlo y era lo que se esperaba de ti. Pero, incluso tú, en tu mejor momento tenías un límite que no habías conocido hasta que tuviste el "afortunado" caso de convivir mejor con el presidente del consejo escolar Zenitsu Agatsuma y el capitán del equipo de Futbol Inosuke Hashibira.

No era de extrañar que incluso Nezuko prefiera estar lejos de Zenitsu, antes que seguirle el juego de declaraciones y llantos incesantes por parte del rubio (aunque la niña si le gustará el chico, era su intensidad la que abrumaba la menor, sin mencionar lo celoso que era el Kamado mayor respecto a sus hermanas menores).

Aunque habías convivido poco con el azabache de puntas azules en algunos partidos, nunca habías tratado con su "intensidad", al menos hasta el día del festival. El buen humor con el que habías iniciado el día se disipo de inmediato y poco a poco lamentabas el hecho de haber sugerido la salida, aunque ciertamente cuando lo hiciste no era lo que tenías en mente.

Por aquel entonces faltaba ya solo dos días para el festival escolar, cada clase estaba totalmente organizada sobre los eventos que se presentarían, los profesores habían ayudado mucho para que las cosas estuvieran bajo control durante el evento. El grupo de porristas había organizado por su cuenta un sencillo pero lindo Maid café, con uniformes aprobados por el entrenador Giyu Tomioka, siguiendo el reglamento escolar.

Esperabas poder salir un momento de paseo con Genya, realmente querías, además de que te visitara en el pequeño café que montaron en el gimnasio escolar, tenías en secreto un rico postre que querías que probarán tus compañeros y amigos, pero en especial el chico de cabello negro y ojos lavanda. No es que fueras una gran cocinera, de hecho solías no estar en ella (porque en palabra de tus padres) a veces simplemente te distraías lo suficiente que olvidabas lo que cocinabas, al final del día terminabas con un platillo quemado o crudo, rara vez en su punto o cercano a ello.

Pero esta vez, gracias a tu padre (así es Gyomei Himijima es un excelente cocinero, tu mamá no tanto, pero se defiende) habías logrado cocinar unos deliciosos mini cheescakes de sandía con té matcha, un postre sencillo que tu padre había encontrado por internet.

Tu elección aunque extraña se debía a dos firmes objetivos.

El primero era porque querías algo nuevo dentro del menú que ofrecerían en la improvisada cafetería escolar, además de nutritivo.

Dos porque habías descubierto que la sandía era la fruta favorita de Genya, así que sí o sí, el tenía que ir a probar el postre que habías hecho para él.

Ahora, lo más complicado era invitar al chico en cuestión, no sería fácil, ya que las pocas veces que habías intentado hacerlo, simplemente el destino hacía algo para que fallarás con asombrosa facilidad. La primera vez que lo intentaste fue uno de los días que caminaban juntos rumbo a tu casa, era de los pocos días que había podido hacerlo debido a tu carga de trabajo para preparar el maid café con tus compañeras así como la organización del festival como delegada de clase.

Como siempre que solían caminar disfrutaban de platicar de cualquier cosa, pero era tan fácil para ti hablar con el azabache que el tema nunca era relevante. Fue así como te conto que le encantaba la sandia, una fruta deliciosa, dulce, perfecta para días calurosos; oírlo hablar de su gusto por la sandía fue realmente encantador, era como ver a un niño hablar de su juguete favorito, los ojos lavanda brillaban con intensidad ante cada palabra que decía y aquello realmente te hizo sentir admiración por el azabache a tu lado.

En fin, los nervios te habían traicionado, al grado que cuando habías juntado el valor suficiente para invitarlo, el chico de pelo negro con las mejillas tan rojas como manzanas casi saliera huyendo de ti dejándote confundida. 

Esto había generado varias preguntas sobre la actitud que había pasado.

Con una ligera decepción solo entraste a tu casa pensando en una mejor forma de invitarlo a salir.

Lo que no sabías, era que el pobre Genya Shinazugawa había contenido las ganas de invitarte a salir, más que nada avergonzado por haberte hablado de sandias casi en todo el trayecto, no lo había podido evitar, la fruta era su favorita, tanto como los Ohagis lo eran para su hermano mayor. Al darse cuenta de que ya había llegado a tu casa, simplemente se sintió tonto por su tema de conversación que las mejillas sonrojadas junto a sus nervios lo hicieron salir huyendo del lugar, con una torpe despedida.

"Idiota, lo arruinaste"

Era el pensamiento que lo persiguió por días, incluso la vergüenza de pensar en como el tema de conversación se había llevado acabo, pensó en pedirle ayuda a su hermano mayor para invitarte a salir, sin embargo se arrepintió tan pronto como su hermano le dijo casi en burla

-Por el amor a los Dioses Genya, solo se directo y dile lo que sientes, ya te había dicho si le gustas te dirá que si, sino, ya llegará la que si le gustes como eres.

Para el mayor de los Shinazugawa la vida debía ser así, directa y sin rodeos, al menos así se le había declarado a Kanae Kocho.

Pero Genya era algo diferente, decir que ser directo (a menos que fueran sus amigos) estaba fuera de consideración pese a sus intentos, los nervios lo terminarían traicionando en palabras balbuceantes y torpes, cambiando rápidamente de tema o simplemente huyendo del lugar en pánico total. Tampoco era opción pedir consejo al profesor de arte, Tengen Uzui no había dejado de burlarse de él desde que se diera cuenta que Genya estaba enamorado de ti, pero para su frustración hacía alarde de un ship entre él chico de cabello azabache y su mejor amigo, Tanjiro Kamado, así que el estrafalario profesor no era opción.

También trato de pedir consejo al profesor Kyojuro Rengoku, pero el profesor era tan animado como despistado, por lo que terminó dando una clase de historia al menor de como solían invitar a salir en la antigüedad. Cosa bastante interesante a decir verdad, pero no relevante a su caso.

Por último y con la cara tan roja como tomate le pidió ayuda a su mejor amigo, quizás los Dioses le favorecieran y podría por fin tener una cita contigo.

¡TE AMO! (GENIA X TN) (EN CORRECCIÓN Y PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora