Pov Violeta.
Miraba por la pequeña ventana del avión que pasaba entre las nubes, exhibiendo un bello paisaje en aquella tarde. Hacía un tiempo que no me sentía totalmente feliz de ir a casa con mi familia. No es que yo no los ame, todo lo contrario eran una de las mejores cosas de mi vida. Es solo que la vida a veces da muchas vueltas y para en el momento equivocado. Desde mi infancia muchas cosas habían cambiado, mis bases, y mi puerto-seguro ya no era tan fuerte.
Odiaba sentirme débil o frágil. Sentía que en cualquier momento podría colapsar, que estaba en contra de mi naturaleza. Pero yo estaba así ahora, como en todas las otras veces en el cual yo los visite. Diferente de las otras, ahora alguien me ayudaría a salir de esto.
- Usted tiene reuniones importantes el lunes. -Oí la voz de Violeta junto a mí.
Me giré para mirarla, ella estaba linda hasta con cara de sueño. Por increíble que parezca, yo siempre acostumbré a ser reservada. No me estaba importando lo que iban a hablar de mí por llevar a Violeta. Ella era la salida perfecta de aquel lugar, y no solo por aquello. La señorita Hódar en los últimos días era mi mejor compañía, tenía una buena conversación y una energía positiva. Todo lo que yo necesitaba en mí día a día. Tal vez con ella yo era diferente, me sentía más relajada, como si supiera que ella no me haría daño.
- ¿Tengo? ¿Con quién?
Ella continuó deslizando los dedos sobre la pantalla del iPad pasando los compromisos de mi agenda.
- Con algunos interesados de Brasil. Quieren conocer sus servicios.
- ¿Brasil? Wow. ¡Eso es genial!
- Sí. ¿Ya pensó en construir una sucursal brasileña?
- Nunca había pensado en ello, pero es una buena idea. Vamos a trabajar duro para ello, ¿está bien?
- Puede contar conmigo, señora.
¿Ella nunca iba a perder la costumbre de llamarme señora? Miré a la chica con una mirada de reproche.
- ¿Qué pasó?
- ¿Señora?. -rodé los ojos.
- Lo siento, Chiara.
Le sonreí y ella hizo lo mismo. Y entonces volvió a mirar el dispositivo en sus manos. No entendía lo que Violeta tenía que hacía sentirme tan cómoda con ella, que sienta la tentación de dejar toda nuestra cuestión profesional para simplemente ser su amiga.
Amiga...
¿Era eso lo que esperaba de esa mujer? La miré sin que ella se diera cuenta. Mirando sus rasgos delicados y angelicales, Violeta era una mujer dulce que encantaba hasta el más duro corazón, como el mío. No había duda de que ella sería la mujer perfecta para casarse y tener hijos hermosos.
«¿Hijos? Mi Dios, Chiara, ¿en qué estás pensando?»
- ¿Está todo bien?. -la oí hablarme.
- Sí, solo estaba pensando. -le sonreí ella asintió y se apoyó en su silla cerrando los ojos.
Violeta tenía rasgos tan familiares, sólo necesitaba saber con quién.
Horas después aterrizamos en el aeropuerto de Los Ángeles, y como se esperaba, nuestro coche ya estaba esperándonos para llevarnos.
- ¿Habías venido a Los Ángeles antes?. -pregunté.
- En realidad no, no tuve la oportunidad.
- Veo que va a ser la oportunidad para conocer muchos lugares, señorita Hódar.
Violeta sonrió torpemente, causándome un poco de risa.
Pov Violeta.
Me sentía un poco avergonzada. Chiara y yo no teníamos tanta intimidad como al punto de pasar un fin de semana juntas, yo sabía que aquella situación era para hacer que se escape del fin de semana con su familia. Pero a pesar de todo yo estaba feliz, feliz de sentir su presencia que me hacía tan bien.
Al salir del aeropuerto vimos el coche aparcado con el conductor esperando por nosotras. Tan pronto como nos vio el chico trató de agarrar las maletas y guardarlas. Chiara estaba seria en todo momento. El camino a su casa fue en silencio puro, era tarde y sin embargo las calles todavía estaban ocupadas. Los turistas estaban con su cámara de un lado a otro animados con todo. Miré a Chiara, que estaba callada, mirando fijamente el paisaje por la ventana. ¿Se estaba sintiendo mal? Yo no podía entender el motivo por el cual visitar a su familia era tan malo, por lo que parecía que se llevaba bien con todos ellos. Algo le molestaba mucho y estoy segura que compartirlo conmigo sería más que difícil.
Estaba nerviosa por conocer a la familia Oliver, no era ningún mérito de cualquier empleado de la empresa. A pesar de que escuche que Patrick Oliver es una persona con buen corazón. Yo nunca lo había visto, solo escuchaba lo que los otros decían del señor Oliver, por alguna razón desconocida él no comandaba más los polos de la empresas por años.
- ¿Se encuentra bien?. -le pregunté a ella
- Sí, ¿por qué?
- Estás muy callada.
- No se preocupe, señorita Hódar. -ella sonrió. -¡Llegamos!
Quité los ojos de Chiara, para mirar la casa, o mejor dicho la mansión. Los Oliver realmente no les gusta ahorrar en cualquier cosa como para hacer sus edificios. Nada más justo para la compañía de bienes raíces más grande en el país, ¿verdad? Una enorme puerta negra con la letra "O" se abrió dando vista de la enorme mansión. Me quedé impresionada con todo.
- ¿Exagerado no es así?. -Chiara preguntó sonriendo.
- Sí, pero es hermoso. ¿Tus padres no se molestarán que haya venido contigo?
- No, Violeta, no te preocupes. Confía en mí, mi familia es muy diferente de lo que estás pensando ahora. -ella dijo riendo, señalando mi cabeza.
- ¿Usted sabe lo que me estoy imaginando?
- Lo sé, te imaginas a señores vestidos muy formales, llenos de lujos y arrogantes.
- Wow, has leído mis pensamientos.
Chiara soltó una carcajada al oírme. El chofer detuvo el coche, y luego corrió a abrir la puerta.
- Sean bienvenidas señoritas. -habló el hombre muy gentilmente.
- Gracias.
Chiara y yo nos detuvimos ante la enorme puerta de la mansión Oliver. La mujer me miró, respiró profundamente y luego dijo:
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The Stripper - Kivi
Fanfiction¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Violeta, una mujer dulce y dedicada. Isabel, sexy e imponente, ¿cuál elegirías tú...