20. Volviendo a la realidad

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Pov Chiara.

Justo cuando uní mis labios a los de Violeta, una especie de frenesí se apoderó de mi cuerpo. De una manera tan deliciosa que no podía explicar, sus labios gruesos y al mismo tiempo delicados de aquella mujer se movieron lentamente junto a los míos, llevándome fuera de órbita. Juro, juro que debo conocer este beso, pero tenía seguro que eso sería una locura, porque esa boca nunca la he besado.

Tomé una mano entre sus cabellos rojos, presionando ligeramente, mientras que la otra mano se sostenía firme en su cintura tan delgada. No tardó en abrir un espacio, dejándome degustar su lengua divinamente deliciosa. Nuestro beso fue tranquilo, sereno, pero sin dejar de ser intenso. Como si el mundo se hubiese detenido en ese momento, nos besamos con un cariño que llegó a asustarme. Una vez que el aire nos faltaba, dejé poco a poco el cuerpo de la mujer que a la vez se alejaba.

Abrí los ojos y como un flash vi los ojos de Isabel que estaban frente a mí, pestañeé varias veces para ver los de Violeta. Me estaba volviendo loca.

- Lo siento, Violeta, yo...--dije alejándome rápidamente, parpadeando varias veces para disolver la imagen de mi stripper.

Se avergonzó tanto como yo, Violeta miró al suelo, probablemente en busca de un lugar para esconderse.

- Todo bien... no se preocupe.

Miré sus ojos confundidos y confieso que sentí el impulso de besarla nuevamente. Pero alejé esos pensamientos insistentes en aparecer, debe ser la influencia del alcohol, o quizás no.

- Fue un impulso, no quería causar esta situación.

- Usted no causó nada, vamos a mantenernos tranquilas, ¿okay?

- No quiero que pienses mal de mí, señorita Hódar.

Un incómodo silencio se apoderó del ambiente.

- Vamos a continuar como antes. Esto no va a cambiar nada.

- ¿En serio?. -pregunté con recelo.

- Lo juro.

Solo asentí. Yo no sabía qué decir ni qué hacer, el repentino impulso de besarla me sorprendió tanto como ella.

- Creo que será mejor ir a dormir. Mañana vamos a despertar temprano ¿no es así?

- Sí, de vuelta a la vida real, señorita Hódar. -ella sonrió hermosamente.

- De nuevo a la vida real.

Violeta me ayudó con las copas de vino, y las llevamos a la cocina. Ella se quejó de estar un poco mareada, el alcohol ha sido demasiado para las dos. Nos reímos como dos tontas mientras ella lavaba las copas después de mucha insistencia.

- No cuesta nada hacer esto, Meredith merece un descanso. -dijo con una sonrisa.

- Deberías ir a tu habitación y descansar.

- Deja de quejarte y ayúdame. Toma ese paño para secar.

- ¿Yo?

- Sí. ¿O la señora Oliver no puede?

- Le damos una mano, y ahora queremos todo el cuerpo. -dije causando una carcajada en Violeta.

- ¡Oh vamos!. -la pelirroja dijo mientras enjabonaba los finos platos.

No se puede negar que Violeta era una persona muy humilde, pero no eran tanto sus cualidades morales a las que estaba prestando atención ahora, más solo al voluminoso trasero que tenía.

«Oh cielos, Chiara, te vas a quemar en el infierno», me dije a mí misma admirando todo eso delante de mí.

Aparté mi atención, tomando las copas y colocándolas en su sitio.

- ¿Así está bien, señorita?

- Perfecto. Ya se puede retirar. -ella habló convencida.

- ¿Hemos cambiado de roles ahora? ¿Usted es la jefa?. -yo le pregunté acercándome a ella.

The Stripper - KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora