Pov Chiara.
El camino de regreso sería largo, pero esta vez no me importaría. Nada iba a cambiar mi estado de ánimo este día.
Absolutamente nada.
Pensé mientras miraba a Violeta, que estaba sentada a mi lado, la mujer parecía estar más cansada que nunca. No era para menos, por supuesto. Nuestras últimas horas han estado más ocupadas de lo normal.
Sonreí al recordar nuestro tiempo juntas en el interior de esa habitación, cada detalle fue grabado en mi mente, como una película. Escenas y más escenas se reproducían constantemente, lo que me hizo sonreír como una idiota.
- Oh Dios, Chiara, no seas tonta. -me susurré a mí misma moviendo la cabeza.
Violeta se removió en el asiento del coche con el ruido que acababa de hacer. La pelirroja dormía serenamente, con la cabeza apoyada contra la ventana al lado de ella. A veces ella se quejaba de manera inconsciente a causa del movimiento del automóvil.
Empujé un pequeño mechón de su cabello, por lo que la mujer dejó escapar una respiración profunda. Tenía unos rasgos delicados, casi dibujados a mano. Sus labios fueron moldeados por los dioses, rosados y carnosos. Una morena con un cuerpo y características completamente latinas, que me atrajo tanto.
Tiré de su cuerpo con cuidado sobre el mío, impidiendo que se despertara. E instintivamente, Violeta se acurrucó en mis brazos rápidamente, con capacidad misma de la mejor manera posible. El clima estaba frío, pero yo la calentaría.
Agarré mi abrigo y cubrí a la mujer que casi temblaba de frío. Le di un pequeño beso en la parte superior de su cabeza con afecto y estaban deambulando mis manos lentamente sobre su espalda. Fue bueno tener ella de este modo, Violeta era el tipo de mujer que necesitaba ser cuidada, amada y querida todos los días. Y podría ser la persona en ofrecerle todo eso.
A través del espejo retrovisor pude ver Alfred mirándonos con una sonrisa de quien entiende todo lo que hay. Él sería testigo de un montón de cosas, como siempre lo fue. Pero yo confiaba en Alfred, hace años que trabaja para mí, y él nunca me había defraudado.
- Si le dices a alguien te dispararé. -le dije sonriendo al hombre que se rió con dulzura
- No voy a decirle a nadie, señora. Estoy feliz por usted.
- ¿Lo estás?. -pregunté confundida.
- Sí, siempre supe que terminaría así.
- ¿Cómo? ¿Y por qué?. -le pregunté en voz baja para no despertar a Violeta.
- Sólo sabía. Las miradas son suficientes para darnos cuenta de lo que pasa, señora. Y si se me permite decir, su mirada hacia las mujeres eran diferentes desde el principio.
- ¿Es tan obvio?. -pregunté confundida.
- No, solamente los que la conocen muy bien se puede decir.
Yo no hablé.
¿Estaba siendo tan obvia? Yo no quería caer en el amor, que no debería. No me enamoro.
«¿Por qué me tienes que hacer esto a mí?», pensé mirando a Violeta que ni siquiera imaginó el lío que estaba pasando en mi cabeza.
Yo la quería, y la tenía a ella. Pero, ¿qué pasa con el resto? ¿La compañía y todo el mundo?
Me encantó su manera dulce, la sonrisa con la lengua entre los dientes, pero al mismo tiempo me gustaba su manera decidida y atractiva. Esa mujer era admirable, su belleza era inconfundible, su inteligencia. Un día que iba a ver Violeta en frente de un gran proyecto. La toma de decisiones como una buena empresaria que yo sabía que iba a ser. Pero ¿qué pasa con Isabel? Seguía siendo la dueña de mis deseos, mis necesidades. Ella sólo estaba compartiendo la posición con la morena en mis brazos.
Por un momento pensé en tener ambas. Y una de dos cosas:
Me volvería loca, o les haría una locura.
No funciona bajo ninguna circunstancia. Y yo ya no era ese tipo de persona, yo nunca haría algo así a las dos, ellas no lo merecen. La única opción sería la de dejar ir a una de ellas.
¿A quién dejaría ir?
En ese preciso momento me encontré dividida entre el deseo y el amor. Negué con la cabeza al pensar en esa posibilidad. Sería difícil elegir. ¿O no?
Yo no debería pensar en eso ahora.
Todo va a suceder cuando tenga que suceder.
El destino ya estaba escrito.
Pov Violeta.
- ¿Bella?
En el fondo podía escuchar la voz de Violeta, llamándome de una manera única. ¿Estaba soñando? Me moví lentamente, sintiendo algo envuelto alrededor de mí. Abrí los ojos lentamente y la primera cosa que vi fueron esos brillantes ojos esmeralda. Violeta tenía sus brazos alrededor de mí, y sólo en ese momento me di cuenta de que había dormido todo este tiempo en sus brazos.
- Finalmente, Hódar. -ella dijo con una sonrisa.
- Lo siento. -dije con una tímida sonrisa.
Salí de sus brazos, notando que el coche ya se había detenido. Estábamos exactamente en Miami, más específicamente frente al edificio en el que yo vivía.
- Dormí todo el camino. Oh mi Dios.
Chiara sonrió.
- No te preocupes, todo está bien. Le pedí a Alfred que se detuviera aquí, para dejarte de manera segura.
- ¿No vamos a ir a la empresa? Creo que todavía son horas de trabajo. -hablé agarrando mi teléfono para comprobar la hora.
4:45 PM. Tenía razón.
- Yo voy. Necesito ordenar algunas cosas. Pero tú te puedes quedar. -Chiara habló afectivamente.
- No, tengo que ir también.
- Violeta, quédate.
- Pero, Chiara...

ESTÁS LEYENDO
The Stripper - Kivi
Fanfiction¿Se han imaginado tener dos vidas? ¿Ser dos personas al mismo tiempo? Apuesto a que sí. Pero entre pensar y vivir hay una diferencia muy grande, creo. Imaginemos... Violeta, una mujer dulce y dedicada. Isabel, sexy e imponente, ¿cuál elegirías tú...