Coronada de Secretos | Benjicot Blackwood

02.

Volar en la noche, con una niña y otro dragón, era una tortura.

Debieron hacer varias paradas para que Jaehaera estirara las piernas y Monghul, escurridizo dragón, jugara un poco para no aburrirse.

Ya no tenia número de las veces que Monghul casi cae por estar inquieto.

Maelys estaba frustrada, estas paradas eran un riesgo, si se quedaban el tiempo suficiente, Sunfyre o Vhagar podrían encontrarlas.

Para ser un destino relativamente corto, Rocadragón se estaba tardando en mostrarse.

Selina, siempre dulce, habia envuelto bocadillos para todas.

Al menos Jaehaera y Helaena tendrían algo en lo que concentrarse mientras hacen estas pequeñas paradas.

–Llegaremos apenas el sol salga.– Calculo Maelys mientras miraba las estrellas en el acantilado en donde se encontraban.

–Seria una buena entrada, ¿no creé princesa?– Selina dijo con una sonrisa, arrugando sus ojos y tapando su labios con su mano.

Maelys bufó, agarrando a Monghul, quien tenía curiosidad por ver si sobrevive a una caida por acantilado.

–Les daremos un buen susto, estarán dormidos cuando lleguemos, solo espero que no nos maten en cuándo pongamos pie allí.–

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El fuerte rugido draconiano despertó de un salto a todos en Rocadragón.

Varios guardias ya estaban preparados, con trampas listas si el invitado no deseado decidía atacar.

El vistazo de dos dragones adultos no era buen augurio, menos si se acercaban a gran velocidad.

Rhaenyra y Daemon, junto con Rhaenys sobrevolando arriba de su dragona, estaban de camino a la playa, siendo acompañados por todo un sequito de guerreros feroces.

Un caballero se acercó corriendo, con la voz exaltada dijo:

–Son Vermithor y Dreamfyre, su majestad.–

Maelys y Helaena.

Rhaenyra asintió, se giro y miro a sus soldados, quienes estaban firmes, esperando las ordenes de su Reina con determinación.

–No ataquen, veremos que quieren.– Daemon inmediatamente protestó, pero fue rápidamente silenciado por una mirada de Rhaenyra.

Estaba en la cuerda floja, mejor no provocar a la Reina Dragón.

Esperaron hasta que Vermithor aterrizó en la arena, gruñendo fuego en el cielo mientras su jinete bajaba con precaución.

Dreamfyre se quedo en el aire.

Daemon y varios notaron eso, entre cerraron sus ojos con sospecha.

Rhaenyra observo a su joven hermana, no a cambiado desde aquella desastrosa cena, una muchacha reservada y sin tanto interes en ninguno de ellos.

Pero ella es más que eso, más que solo una muchachita. Rhaenyra Recuerda como los miro en esa mesa, como diciendo "Yo se todo eso que escondes" fue escalofriante ver esos ojos tan analíticos, era una mirada que le recordaba a Otto Hightower.

Ella era tan confusa, con esa cara toda de Viserys, sus labios, ojos, pomulos y naríz, eran la viva imagen de su ya fallecido padre.

Pero su silueta tan recatada y elegante eran todo de Alicent, sacándola de su trance.

No se podia confiar en ella, era un comodín, impredecible.

Bajando de Vermithor, estaba cubierta en gran medida de sangre. Por un momento Rhaenyra se preocupó, hasta que vio que no habían heridas en su hermana.