06.

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–Quiero que te quedes en todo momento con Jaehaera y Helaena, no te apartes de su lado.– Maelys miro fijamente a Selina, quién asintió con calma.

–Así se hará, mi señora.-

Jaehaera miro a su tía, estaba vestida con una especie de armadura ligera, protegía sus brazos y pecho, no era como el de su tío Daemon que daba miedo.

–¿Volveras pronto tía?– Pregunto con nerviosismo la pequeña.

Maelys se agacho, acariciando el costado del rostro de su sobrina. – Volveré tan rápido que nunca notarás que me fui.–

Jaehaera hizo un puchero ante la ambigua respuesta, pero no dijo más, consciente de cuando rogar y cuando no.

Toda la familia real estaba reunida para despedir al rey consorte y a la princesa, para darles sus buenos deseos.

Maelys se levanto y se dirigió a Helaena.

Helaena miro a Maelys, se la veía triste y desorientada por la partida de su hermana.

La princesa entonces tomo el rostro de su hermana, apoyando su frente en la de Helaena le dijo: –No te preocupes, estaré bien, te lo prometo.–

Helaena cerro los ojos, disfrutando de la calidez antes de abrirlos y mirar a Maelys con una mirada vidriosa.

–No hables con la bruja.– Sentenció la chica.

Maelys la miro confundida, pero asintió, pensando que Helaena se refería a los rumores en Harrenhal.

–Quedate con Selina, ella te protegerá si pasa algo.– Maelys entonces se aparto de Helaena.

Subio en Vermithor, en espera de su tío ya que ella no era la única que se despedía, en unos cuantos metros podia ver a Daemon y Rhaenyra hablando en privado.

-Harrenhal será tuya, mi amor.- Daemon tomo la mano de Rhaenyra, dándole un suave y apasionado beso.

Daemon también se despidió de todos sus hijos, y cuando ya no habia ninguno quien lo retuviera, se subió a Caraxes, dándole la orden de que despegue al cielo.

Maelys entonces miro a Jacaerys, quién se quedo estático al ver esos ojos morados puestos en él.

–¡Cuida a la familia sobrino!– Maelys le regaló una sonrisa ganadora.

"Cuida a mi hermana." Fue lo que entendió Jacaerys, y asintió con firmeza, mirando por primera vez a Maelys con valentía y coraje.

Con esas últimas palabras, la princesa voló por los aires en lomos de su dragón, siguiendo a su tío.

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La tormenta que azotaba Harrenhal era intensa, Maelys sentía que las gotas de agua viajaban por todo su cuerpo. Temblando de frio, salto de su dragón para seguir a su tío.

–Toma, usa esta daga por si acaso ocurre algo.– Daemon le entregó a la joven una de sus dagas más afiladas. –Mantente en silencio detras de mí y sigue mis ordenes.–

Maelys afirmó con la cabeza, ella era consciente que todo esto también era una prueba por parte de Daemon, él quería probar como se desempeña en ambitos como este, y si ella es de confianza a la causa de Rhaenyra.

Ella supone que esta será la prueba definitiva.

Con pasos cuidadosos, Daemon avanza por la fortaleza, vigilando que no haya nadie mientras avanza, Maelys lo sigue fielmente.

Las gotas de agua y la lluvia crean sonidos escabrosos por todo el castillo, Maelys hasta cree que escucha una voz infantil en este abandonado lugar.

Maelys es observadora, por eso sabe cuándo la estan observando, lo que la tiene inmensamente confusa es que no sabe de donde viene la sensación de mil ojos encima de ellos.

Coronada de Secretos | Benjicot Blackwood Donde viven las historias. Descúbrelo ahora