X. ¿Conexiones?

83 18 0
                                    

Pasaron días en los que directamente no volví a tener noticias sobre Jennie. Algunas veces con cautela estacionaba mi camioneta fuera de su universidad para verla salir, la vi un par de veces, pero era su madre quien la esperaba afuera y eso no me daba oportunidad de acercarme.

Seguí yendo un par de veces pero de un día para otro no la vi más aunque frecuentara la universidad en los horarios que ya había memorizado.
Me preguntaba si habría cambiado de horario o si simplemente estaba evitando ser vista. La incertidumbre me carcomía, pero decidí que tenía que averiguar qué estaba pasando.

Un día, mientras merodeaba cerca de la universidad, vi a una de las amigas de Jennie salir del edificio. Recordé su rostro de algunas fotos que Jennie había publicado en redes sociales y del día del cumpleaños de Jennie. Decidí armarme de valor y acercarme a ella.

—Hola, disculpa, ¿tú eres amiga de Jennie, verdad? — entrecerré los ojos tratando de recordar su nombre. — ¿Yunjin? le pregunté con la mayor naturalidad posible.

— ¿Lisa? — me miró con asombro.— ¿Qué estás haciendo aquí?

Intenté sonreír para parecer amigable — Estaba pasando por aquí y pensé en Jennie. No he sabido nada de ella últimamente y me preocupé un poco.

Yunjin frunció el ceño, claramente confundida.

— Jennie dejó la universidad. ¿No lo sabías?

—No, no lo sabía. — sentí una punzada en el pecho. — Nos hemos distanciado un poco y perdí contacto con ella. ¿Sabes por qué se fue?

Yunjin dudó un momento antes de responder.

—Escuché que hubo algunos problemas en casa. Su madre decidió cambiarla a otra universidad, pero no sé cuál. No ha dado muchos detalles.

La noticia me dejó un sabor amargo en la boca. Cambiar de escuela significaba que encontrar a Jennie sería mucho más complicado. Traté de mantener la calma y pensar en mis siguientes pasos.

— ¿Y tú sabes si está bien? — pregunté, tratando de sonar despreocupada.

— Sí, ella está bien. Hemos hablado un poco por teléfono. Parece que está ajustándose al cambio.

— Entiendo. — dije sin más y sintiéndome frustrada.

— Lisa lo siento. — Yunjin miró al suelo. — Si no hubiera ido a buscar a Jennie ese día a su casa su madre no se habría enterado de la relación que tenían ustedes dos.

Sentí un golpe en el estómago al escuchar eso. Mi mente empezó a girar, tratando de procesar la nueva información. Así que había sido Yunjin quien, sin querer, había desencadenado parte del drama de ese día. Tragué saliva, intentando mantener la compostura.

— No es tu culpa, Yunjin — dije, aunque mi voz sonaba más tensa de lo que pretendía. — Estas cosas pasan. Lo importante es que Jennie esté bien.

Yunjin asintió, pero parecía evidentemente incómoda. Decidí no presionarla más y darle las gracias antes de alejarme. Necesitaba pensar en un nuevo enfoque para encontrar a Jennie. La idea de que su madre había intervenido tan drásticamente me preocupaba.

Volví a casa sintiéndome derrotada, el peso de la incertidumbre y la culpa se hacían más pesados con cada paso que daba. Tendría que seguir fingiendo que mi matrimonio con Marcus era perfecto, una fachada que se volvía más difícil de mantener con el tiempo. Él se había vuelto más controlador últimamente, notaba su vigilancia constante, sus preguntas invasivas. Mi preocupación por Jennie y la presión en casa se entrelazaban, formando un nudo en mi pecho.

La Musa de Venus | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora