Capítulo 13 - Nublado con posibilidades de lluvia

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Suena la alarma general una, dos y hasta tres veces e inmediatamente después, las guardias comienzan a pasar por los pasillos golpeando las puertas de las celdas

— ¡vamos niñas, a levantarse!... ¡arriba, flojas!... ¡hey, Jackson! ¡arriba!... —

lo gritos de las custodias se escuchan por todo el edificio, Lola estaba despierta desde hacía rato, pero siempre aprovechaba el tiempo que podía para estar en la cama, no es que se hubiera vuelto floja, simplemente quería tener todo el descanso posible, en la celda de al lado, Lana todavía roncaba y parecía que ni los golpes en el metal de la reja podrían romper su sueño

— arriba Loud... — dijo la guardia al pasar —... deberías ser más como tu hermana, ella ya está de pie y lista para desayunar —

Lola se rió en voz baja, siempre le decían eso a Lana para querer motivarla, pero la gemela "sucia" sabía que su hermana se levantaría hasta que ella lo hiciera, así que no había prisa, entonces se tomó todo el tiempo posible para desperezarse, dio varias vueltas en la cama y bostezó larga y sonoramente, su compañera de celda la miraba mientras se cepillaba los dientes pensado que de verdad esta chica era un caso; el bostezo sonó por el pasillo y Lola supo que su hermana ya iba a levantarse, entonces dio un salto desde la cama y comenzó a arreglarla, tendió sus sábanas y dobló la manta, luego alisó lo mejor que pudo el uniforme y se cambió, se lavó los dientes con calma , y finalmente, se acercó al lado de la reja donde estaba su hermana y tendió una mano hacia afuera, no tardó mucho para que la mano de Lana también saliera y "chocara los cinco"

— ¡eww! ¡Lana!... ¡espero que esto sea agua! —

— no te preocupes... — respondió la otra con risitas contenidas —... ya no quiero ir a la celda de castigo por tu culpa —

Lola metió la mano mientras dudaba en secarse la mano con la toalla o volver a lavarla, pero su compañera de celda resolvió la cuestión rápidamente oliendo su palma

— es agua —

— gracias, Val —

las gemelas habían progresado bastante con su comportamiento gracias a la terapia, iban regresando poco a poco a lo que solían ser, aunque sin menos mugre por parte de Lana y menos melindres y soberbia por parte de Lola, después de todo, estaban en el reformatorio. Su buen comportamiento también ayudó a que tuvieran algunas cosas de su lado y alcanzaran el favor, gracias a las gestiones de la psicóloga, de poder estar no solo en la misma nave, sino en celdas contiguas, Lola hubiera querido que Lana fuera su compañera de celda, pero eso no fue aprobado ni por la propia especialista, Lola seguía siendo dominante y no era aconsejable que estuvieran juntas porque podría ser una mala influencia en Lana, por lo que hubieron de contentarse con ser vecinas, pero fuera de eso, hacían muchas cosas juntas, aunque la gemela ruda pudo ser más independiente, ahora hacía ejercicio en el patio, trabajaba en los talleres o alguna otra cosa así mientras Lola estaba en consulta o en la biblioteca, porque la ex modelo juvenil ahora era aficionada a la lectura, y aunque la mayoría de lo que leía eran novelones rosas, poco a poco se iba metiendo en los clásicos, pero siempre comían juntas y también tenían otras ocupaciones comunes, en resumen, avanzaban poco a poco a ser más "normales", todo esto mientras esperaban las visitas de Rita.

Cierto día de visita, las gemelas esperaban a su madre, pero el tiempo pasaba y parecía que Rita no llegaría, ambas estaban tristes y Lola comenzó a impacientarse, algunas de sus compañeras les contaban que a veces las familias poco a poco dejan de visitar a sus familiares presos, algunos por vergüenza, otros por agotamiento y los más por falta de interés, un gran temor de la ex modelo era que su familia dejara de interesarse en ella, la ex modelo siempre vivió de la atención de los demás y después de lo vivido en casa de Shirley se dio cuenta de que no estaba preparada para ser relegada, se daba cuenta de lo mal que se había portado y le aterraba que su castigo real fuera ese, ser olvidada; Lana parecía menos preocupada y solo se lamentaba de no poder ver a su madre ya que ella era su único contacto con sus hermanos y el mundo exterior. Cuando casi terminaba el tiempo destinado a las visitas, una guardia se acercó a ellas y les dijo que tenían una llamada, ambas corrieron al teléfono y al llegar, discutieron por el derecho a tomar la llamada, la guardia se hizo presente con un carraspeo y Lana fue quien respondió con un tembloroso

Largo y sinuoso caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora