7.- "Rosas eternas"

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Mis ojos miraban con asombro el lugar por dónde el auto en el cual veníamos pasaba.

Estaba atardeciendo, el cielo poco a poco empezaba a perder su luz, por el contrario, la lluvia incesante en ningún momento aplacó, el sonido de las fuertes gotas impactando en el auto generaban un ambiente algo extraño, sin embargo, e incluso cuando la ventana a mi lado vagamente me dejaba contemplar el lugar al cien porciento, tenía una idea clara de como era.

Y decir que parecía un hermoso y gigante palacio, seguía sin sentirse realmente correcto.

Algo intimidado por todo lo que veían mis ojos, observé cauteloso lo que parecía ser la casa principal, gigante y hermosa, era como ver un palacio en un cuento de hadas, una fuente con la escultura de un hermoso ángel decoraba el frontis, y el ante jardín pulcramente cuidado estaba lleno de flores de distintos tamaños y colores, a un costado, en donde los arbustos cortados con formas muy bien logrados, descansaban fuertes y erguidos había un lugar con mesas y sillas que si estuviera leyendo alguna especie de novela de época, podría decir que toda esta gente tiene su hora de merienda ahí. Mareado por todo lo que veía, el auto pasaba con cuidado a través de todo este terreno, a través de un camino de árboles que se mecian violentos gracias al viento, soy capaz de ver a lo lejos un estanque en donde el agua salpicaba gracias a las gotas de lluvia que caían en picada y sin miramientos.

Un poco más lejos, una enorme casa se hacía ver poco a poco a través de la bruma.

Tragué duro mientras pensaba en que absurda era esta situación, era tan delirante que pensé que me encontraba en algún tipo de sueño. Este tipo de cosas... ¿Realmente existían en la vida real?

Miro hacía mi costado y puedo ver sentado al hombre que tenía la certeza, es dueño de todo esto, sentado mientras miraba su teléfono y escribía un par de cosas, parecía completamente ajeno de mí. Mis ojos fueron a ver al hombre que manejaba este auto, en silencio y concentrado en el camino, no prestaba atención a nada más.

Negando suavemente con mi cabeza, definitivamente vuelvo a observar al hombre a mi lado. Sabía por su forma de ser, por su aura, la manera en la que se enfrenta al mundo y por la tarjeta de presentación que alguna vez me dió, que es una persona adinerada, pero... ¿Era realmente sensato el pensar que esta persona es así de adinerada?

Mi corazón se agita en terror. Tener todas estas riquezas no pueden venir de algo muy limpio. Fugazmente el recuerdo de aquel maletín lleno de dinero que me mostró para convencerme de aceptar su propuesta solo consiguió que mi presión cayera, mareado, me empecé a preguntar con quién realmente estaba tratando y por más que lo mirara, nada bueno caía en mi mente.

Temeroso de todo lo que mis pensamientos me decían, siento que el auto, después de algún tiempo en movimiento al fin se detiene. Miro con nerviosismo a ambas personas y después de mucho tiempo, la voz del hombre a mi lado resuena haciendome sentir temeroso.

—Por favor, ayuda a nuestro invitado a salir del auto.

El hombre que iba manejando acepta la orden, mis ojos que no sabían hacia donde era correcto mirar observan al hombre bajar del auto, la brisa y el frío que prevalecía afuera se cuela dentro, dando como respuesta que mi cuerpo tiemble. En algún punto, veo al hombre abrir un paraguas y finalmente la puerta a mi lado se abre.

Una mano se extiende, buscando ayudarme a salir del auto.

—Joven, será mejor que entremos, lo cubriré con este paraguas.

Viendo que al abrirse la puerta, parte de la lluvia estaba entrando en el auto, le doy una mirada rápida al otro hombre, quien miraba al frente imperturbable, me apresuro sin decir nada, aún sintiendo el dolor en mi cuerpo.

[愛] - HopeV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora