Mientras miraba con atención el helado que descansaba en mis manos, mi ceño poco a poco se fruncía. Saliendo de la tienda de conveniencia, un suspiro sale de mi boca, con atención busco la figura de mi hermano quien con emoción llevaba su helado a su boca y lo saboreaba lleno de satisfacción.La brisa suave y calma del exterior acaricio mi rostro cuando atravesamos la tienda, las calles no estaban completamente abarrotadas, una que otra persona pasaba en silencio, ajeno a nosotros, todo parecía tranquilo y sereno, por supuesto, incluso cuando estábamos cerca de la escuela, no era horario escolar, por el contrario, habíamos salido de clases hace bastante tiempo.
Nuestros pasos eran calmos, después de todo, aún tenemos tiempo el cual poder gastar en compañía del otro, aún así, me sentía extrañamente conflictuado.
-Se te va a terminar derritiendo si no lo comes- La voz suave de mi hermano me saca un poco de mis pensamientos, caminando tranquilamente lo miro, una sonrisa burlona se formaba en sus labios- Vamos, come de lo que te ha regalado tu hermano.
-No entiendo como te puede gustar esto, hermano...- Digo de mala gana- Es como comer... Pasta de dientes con chocolate.
Mientras mi hermano saboreaba su helado, una carcajada vibra desde su garganta, puedo ver en su semblante lo divertido de la situación. Y claro... Cómo no divertirse, si él sabía mejor que nadie el asco que le hacía al helado de menta con chocolate y aún así cuando quiere molestarme me compra uno... Porque sabe que nunca le diré que no a un regalo que viene de parte de él.
A regañadientes abro del empaque y el olor a menta se hace presente en mi nariz. No me queda más remedio, le doy una probada.
Sí... Es asqueroso.
-Vamos, vamos no seas quisquilloso con lo que te regala tu hermano mayor- Dice riendo- ¿No vas a comer lo que con todo su corazón tu hermano te ha regalado?
Automáticamente su brazo rodea mis hombros y me acerca a él. Puedo sentir vagamente el aroma de su colonia, pero está se veía opacada por el aroma a cigarrillo. Un sentim amargo se alojó en mi pecho, pero aún así, sintiéndome triste de alguna manera, me acerqué a él, casi acurrucandome.
Miré una vez más en mi mano el helado que ante el sol abrazador pedía ser comido antes de derretirse. Le di otra probaba y aunque lo que probaba no era de mi agrado, solo podía pensar que había sido un regalo de mi hermano.
Y eso me hacía atesorarlo.
-Bueno, es algo que te corresponde hacer ¿Sabes?- Digo con un tono lleno de indignación, mis ojos miraron el helado frente a mí, incluso el aroma me causaba rechazo- Ya ni siquiera nos vemos. ¿Cuando fue la última vez que llegaste temprano a casa y pude verte? No... ¿Cuando fue la última vez que desperté para ir a la escuela y tú estabas en casa?- Caminando a su lado, ese enfado que llevaba cargando en mi corazón salió sin siquiera darme cuenta- Hay noches en que... Ni siquiera vuelves a casa.
Sintiendo enojo, pero también un gran peso de tristeza, me sentí como una flor que poco a poco se marchita. No hubo una respuesta inmediata, por supuesto, esperaba que fuera así, pero también esperaba que mi hermano fuera capaz de hablar conmigo, contarme que es lo que lo cambió tanto. Buscando su mirada, puedo ver qué sus ojos miran en suelo, su expresión suavizada en dolor.
Finalmente su voz hace eco en la calle.
-Bueno... Es por eso que estoy aquí- Susurra mientras coloca una sonrisa en ese rostro lleno de tristeza, sus ojos me miran, pero había dolor en ellos- Dijiste que me extrañabas. Tu hermano mayor también te extraña, lo sabes ¿No?
Un poco frustrado por su evasiva, mis palabras salen sin poder detenerlas.
-Hermano... Tus amistades- Murmuro- No me gustan... Me dan miedo.
ESTÁS LEYENDO
[愛] - HopeV.
Teen Fiction"Te daré lo que quieras, pero solo... Devuélvele la sonrisa" Todo empezó con él escuchandolo cada noche cantar, siguió con un encuentro inesperado y terminó con una propuesta la cual lo dejó perplejo. Hoseok ama con toda su vida a su hijo y la vida...