9.- "Culpa"

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La lluvia que poco a poco se intensificaba y el viento aterrador afuera de esta enorme mansión resonaban en el cristal de una habitación tenuemente iluminada.

Llevaba bastante tiempo aquí, sentado en una cómoda silla, ahogado en un silencio tranquilo, que solo era perturbado por el gélido temporal que azotaba ahí afuera, la luz de las pequeñas lamparillas en la habitación me entregaban una sensación de paz dentro de mi corazón inquieto. Mi respiración era lenta y tranquila, resonaba en un compás suave junto con la de la persona que frente a mí, descansaba en una enorme y mullida cama.

Mi mano se sentía levemente adormecida, tal vez porque llevaba un rato considerable sosteniendo la fría mano de Jimin. No había fuerza en nuestro agarre, por el contrario, es una unión cálida, despojada de presiones, pero si miraba con detenimiento el reloj en la pared que no cesaba con su estruendoso 'tic tac', podía hacerme la idea que llevaba alrededor de una hora aquí.

Solo observándolo descansar.

Mis ojos miraron a Jimin, su perfil podía vislumbrarse con bastante facilidad gracias a la tenue luz que se reflejaba en su rostro, su nariz algo redonda, sus mejillas pálidas, sus labios que tenían de un leve morado, no le daban esa apariencia viva y saludable, por el contrario, era doloroso no poder obviar el deterioro de su cuerpo gracias a su extenuante enfermedad.

La opresión en mi pecho se volvía a hacer presente, había ocurrido en el desayuno, se había repetido después de haber tenido una charla con su padre, había persistido cuando desde lejos lo vi sufriendo y siendo atendido por sus doctores y no parecía querer desvanecerse ahora que después de tantas horas de habernos reencontrado, por fin puedo ser consciente de su vida yendose segundo a segundo.

Había entrado a esta mansión por una deuda que debía pagar, pero el peso en mi corazón me decía que aquella deuda nunca lograría saldarse... No si tengo que presenciar la despedida de Jimin.

Ser realmente consciente de lo que me enfrento es tan duro como saber que este amigo tan querido se había reencontrado conmigo en estás circunstancias. No podía evitar preguntarme... ¿Que habría sido de nosotros si todo hubiera sido diferente?

El ardor en mis ojos cuestionó la dirección en la que mis pensamientos rondaban, solo habían pasado un par de horas desde que nos vimos a los ojos y pudimos intercambiar unas vagas palabras, aún así, no habíamos tenido tiempo para hablar, para recordar, para aclarar... Para recuperar el tiempo perdido.

Con mi mano libre limpié mis ojos que amenazaban con llorar, tomé una silenciosa pero profunda respiración y volví a observar a mi amigo. Hace poco más de una hora, cuando por fin pude volver a verlo me pidió con dolor y angustia que sostuviera su mano y no la soltara, al menos hasta que pudiera conciliar el sueño, no lo dudé viendo su agonía que dejó despavorida mi alma.

Su padre me había dicho muy vagamente que Jimin solía recaer con bastante frecuencia ya que su estado es terminal, pero mis ojos nunca habían presenciado lo que es una recaída para alguien que está en el vilo de la muerte. Todo dentro de mí se acongojó cuando fuera de la puerta de mi habitación ocurría tal conmoción, gente corriendo, doctores tratando de traerlo de vuelta, había sangre, mucha sangre y un padre que temblaba con ojos llorosos mientras observaba a su hijo gritar con miedo.

Me quedé paralizado mientras sentía unos brazos que me devolvían a la habitación y me pedían que esperara por la recuperación del joven maestro. El miedo me acobardó y no pude hacer más que tapar mis oidos tratando de olvidar, no pude hacer más que tratar de llamar a mamá y poder escuchar su voz, aunque no hubiera respuesta, no me quedo más que esperar que la conmoción terminara.

El golpe de realidad me hizo volver a colocar los pies en la tierra. Jimin se está muriendo y al menos, tengo la suerte de poder pasar sus últimos días a su lado.

[愛] - HopeV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora