13. Merle.

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Cuando Daryl volvió, había traído a Merle con él. Lo habían cerrado un una celda.

Yo me acerqué a la celda de Merle.

-Vaya pequeña. ¿Qué tal has estado?

-Bien... ¿Por qué te cortaste la mano? Volvimos a por ti.

-¿De verdad crees que me iba a quedar allí esperando a que vinieran a por mi? Nadie nunca se ha preocupado por mi ¿Como se suponia que iba a saber yo que iriais a por mi?

-Deberías haberlo supuesto. Daryl jamás te dejaría. Ni él ni yo.

-¿Tu viniste?

-Quise ir pero Daryl no me lo permitió.

Merle simplemente suspiró y miró hacia otro lado.

-Eres un imbecil ¿sabías?-Dije mientras que le empezaba a abrazar por detrás.

-Ya pero me quieres.-Dijo mientas sonreía y se daba la vuelta para después abrazarme también y besar mi frente.- Te he echado de menos, enana.

-Y yo a ti, Merle.

Yo sonreí y me aparte suavemente.

-Me alegro que estés vivo, idiota.

-Y yo de volver a verte muñeca.

Yo sonreí y me fui a comer con mi madre y Beth.

Mientras comíamos notamos un gran estruendo sonar en la puerta de la prisión. Todos salimos corriendo hacia las puertas para ver que estaba pasando y vimos al Governador pasando con su tanque por encima de nuestras vallas.

Todos salieron a coger las armas mientras que yo cogía a Carl y a Judith y los metía dentro en una de las celdas que estaban más alejadas de la puerta y nos metía a todos. Yo trataba de calmar a Judith quien había empezado a llorar. Después de un rato conseguí que ella se callara y al final se durmiera. Después sonreí y la dejé descansando en una de las literas y me senté mientras miraba a Carl.

-Quédate con ella. Iré a ver si han vuelto.

-Esta bien.

Yo cogí mi pistola y me acerqué sigilosamente hacia la entrada y vi como los caminantes se acercaban a la valla mientras que Rick y los demás volvían.

-¿Donde están Carl y Judith?

-En la última celda.

-Iré a por ellos.

Yo asentí con la cabeza y me acerqué a mi madre.

-¿Estas bien?

-Si, ¿y tu?

-También, he cogido a Judith y Carl y los he puesto a salvo.

Ella asintió con la cabeza y después me me acerqué a Daryl y Merle.

-¿Y vosotros estáis bien?

-Claro que si muñeca.-Respondió Merle.

Pasaron un par de días y después de acordarlo todo, Rick acordó que atacaríamos.

Yo subí a la celda de Merle. Él no estaba allí. Le busqué por todo el pabellón y por todos lados de la Cárcel, pero no lo encontraba.

-¡Daryl!

-Dime, ¿qué pasa? ¿Por qué gritas?

-Merle no está aquí.

-¿Cómo que no está aqui?

-Como que no está aquí. No le encuentro por ningún lado.

‐La última vez que le ví dijo que Rick no tendría cojones para entregar a Michonne al Governador.

Somos tu y yo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora