1. El Pacto

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☽ El  Pacto ☾

La manada remolino estaba en peligro, la extraña enfermedad que afectaba a la mayoría de los lobos, los tenía aterrados. Los lobos de mas alto nivel y confianza para la alfa Kushina Uzumaki estaban junto a ella en una reunión; en la cual discutían sobre que podrían hacer para destruir la maldición de las tres hermanas.

Habían interceptado uno de los puntos donde una de las brujas falleció recitando el hechizo, los lobeznos que jugueteaban por la zona manifestaron haber divisado una gran sombra oscura, cuando trataron de acercarse esta desapareció y uno de los niños cayó enfermo.

Ya habían perdido a varios de los suyos, si continuaban así; era muy posible que la manada remolino se extinga.

—Nuestros hijos están muriendo, debemos hacer algo pronto —manifestó Rasa No Sabaku, él era el jefe de los lobos de caza, junto a sus tres hijos que también lideraban las cacerías de los lobos, ellos también estaban presentes en la reunión.

—Ya hemos intentado varias cosas, pero no podemos solo nosotros destruir la maldición —habló Shikaku Nara; él era el consejero de la alfa.

—No querrás insinuar que debemos trabajar con los discípulos de Hécate —expresó con odio Rasa.

—Es la alternativa que nos queda — habló esta vez la alfa; Kushina, una mujer con una larga cabellera de color rojo intenso—. Tenemos un pacto con el aquelarre ojo blanco, podemos pedir ayuda a ellos.

—Desde la muerte de la sacerdotisa Hana Hyuuga, no es tan seguro que aún se mantenga ese pacto —comentó Rasa.

—Aún así, el pacto esta escrito y contiene un hechizo irrompible, ellos deben de ayudarnos.

—Estupideces. Esas brujas y hechiceros. Jamás nos ayudarían  —el jefe de caza, siempre había estado en contra con el pacto que tenían con el aquelarre ojo blanco.

Un sonido estruendoso de un golpe a la mesa se hizo presente en el salón, los presentes voltearon a mirar a quien lo había provocado. Era Naruto Uzumaki, hijo de la alfa y muy posible el próximo alfa de la manada.

—Madre ya explicó que poseemos este pacto, debemos usarlo y que mejor para destruir una maldición de bruja, que una propia —habló con rudeza.

Él odiaba que menospreciaran el trabajo que había realizado su madre, conseguir aquel pacto con ese aquelarre no había sido fácil y era la oportunidad perfecta de demostrar que no había sido en vano.

—Sí el hijo de la alfa, gruñe tanto. Creo que él debería encargarse de traer a los discípulos de Hécate.

—Perfecto —miró con recelo a Rasa. No le caía muy bien, pero al menos se llevaba con sus hijos y sabía que muchas veces ellos opinaban muy diferente que su padre.

La Maldición de los Lobos | NaruHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora