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—¿Ganaste?.— preguntó sin siquiera mirarme.

—Si.—

—Bien hecho Pepita.— 

—¿Pasa algo?— 

—¿Quieres ir a comer?— preguntó ignorando mi pregunta. —Supongo que no haz comido.— negué.

—¿Estás molesto?— negó y lo besé. —Ya te saludé no te molestes, perdón.— 

—Linda yo... Todo está bien.— sonrió.

Arrancó el auto  y fuimos a un McDonald's.

—Yo haré la fila, si quieres puedes sentarte.— negué.

—Me quedaré contigo aquí.— sonrió y asintió.

Estábamos en la fila y de pronto un chico se colocó al frente de nosotros.

—Oye nosotros estábamos primero.— dije con mucha amabilidad al chico.

—No me importa deja de joder.— 

—Oye que te pasa, quieres qu- — Roier me agarró del hombro. —Roier dile algo.— 

—A los niños pendejos como el no se les puede decir nada por que lloran.— 

El chico se giró y miró a Roier.

—¿Como me dijiste?— se acercó y lo empujó, rápidamente le pegué en la cara. 

—¡Con mi amigo no te metas pendejo!— seguí pegandole. 

—¡Pepita no, ya basta!—

Luego me encontraba en otro lugar, la cárcel. 

—No debiste hacer eso Martina.— dijo Roier mientras abrían la celda.

—¿Pero no viste como te empujó?— salí de ese pequeño lugar.

—Pero no tenías que golpearlo.—

—Si tenía que hacerlo, para que aprenda a no meterse con quién no debe.— me subí al auto con el. 

—Martina ya basta, no quiero que vuelvas a pelearte si no es necesario.— asentí.—Iremos a casa y pediré alguna otra cosa.—

Fuimos al auto y luego a la casa.

—Voy a mi habitación.— fui y tomé mi diario para escribir algo.

"Hoy me peleé con dos personas y la puta directora toda injusta, tengo mucha rabia pero no sé como liberarla, mi mejor amigo cada día se porta más lindo conmigo, y ya me enteré que solo los novios se dan besos pero aparte de eso creo que me estoy enamorando y se siente raro pero bien, es una persona muy linda, mi mejor amigo me gusta realmente".

Dejé el libro en la mesita y fui a bañarme, cuando salí de mi habitación vi a Roier con mi diario en sus manos.

—¡Oye!— el apartó la mirada del libro y me miró a mi. —¡Te dije que no podías agarrar eso!—

—¿Te gusta tu mejor amigo?— asentí un poco apenada. —Puedes desquitar tu rabia conmigo o golpearme a mi pero no a las demás personas.— 

—Yo jamás te golpearía.— sonrió levemente. —No golpeas a las personas que quieres.— 

—Pero no puedes golpear a las personas por que si.—

—Es que el quería ir primero que nosotros y me molesté .— 

—Pero no puedes hacer eso.—

—Si puedo.— negó. —¿Estás de su lado?— negó de nuevo. —Parece que si.— subí de nuevo a mi cuarto. —Oh no, se va a molestar conmigo.— me tiré al suelo y le di la espalda a la cama. —Ya la cagué.— empecé a golpear mi cabeza hasta que entró Roier y me abrazó. 

Besarte es mi pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora