—¿Qué hacías con ese pendejo si siempre te molesta?—
—Está intentando formar una amistad conmigo.— conté mientras subía al auto.
Me quedé mirando a la ventana pensando en lo que me había dicho Lucas, ¿Gustarle yo?
—¿Pasa algo? Estás rara—
—Todo está bien, no te preocupes.— respondí sin siquiera mirarlo.
—Martina mírame y dímelo de nuevo.— giré mi rostro y lo miré a los ojos con un poco de dificultad. —¿Que pasa? ¿Te dijo algo ese pendejo?—
—El... Yo le gusto.— confesé por fin.
—¿Te obligó a acompañarlo?— negué apartando mi mirada. —Me estás mintiendo.—
—No... Es que... Le pegué a Germán y el me amenazó con decirte.—
¿Por qué no podía mantener la boca cerrada?
—¿Por qué le pegaste?—
—Me estaba lastimando.—
—Te la dejaré pasar esta vez, prometeme que no volverás a pelearte en el colegio.—
—Te lo juro, perdón.— lo besé.
—Tienes que confiar en mi, yo siempre voy a buscar la manera de ayudarte.—
—Pensé que te molestarias.—
—No, no me voy a molestar porque yo se que a ti no te gusta el.— sonreí.
Fuimos a casa y estaba una chica ahí sentada en la puerta.
—¿Qué verga haces aquí?— preguntó Roier a la chica. —Te dije que no quería volver a verte.—
—Vengo por ti amor.— rápidamente miré a Roier el cual miraba mal a la chica. —Mi vida, te necesito para vivir.—
—Ya yo tengo mi vida así que vete.—
La chica se acercó a el y lo abrazó por el cuello a lo que el reaccionó de mala manera y la empujó.
—Si no te quedó claro ya tengo novia.— la chica me miró.
—¿Ella?— rió. —¿Que tiene ella que no tenga yo?—
—Sentimientos.—
—Amor, tu sabes que estaba medio tomada.—
—¡Quiero que te vayas y no vuelvas nunca!— gritó haciendo que me asustara.
—Te juro que voy a volver por ti.— dijo mirándolo.
Se fué y ambos entramos a la casa.
—¿Puedes decirme quién era?—
—Eso no importa Martina, necesito decirte algo.— se sentó en el sillón y yo imité su acción. —Se vienen días muy difíciles y quiero que no te dañen el cerebro esas cosas.—
—¿Que quieres decir?—
—Quiero decir que... Hay una posibilidad de que tengamos que terminar esta relación.—
Eso se sintió como una patada en el estómago, o peor, un puñal en el corazón.
—Pero... ¿Por qué?—
—Escúchame bien, no es seguro que terminemos y espero que no sea así, pero si veo que es necesario tendré que hacerlo.— me acerqué un poco más a el y lo abracé.
—No quiero, por favor.— dije soltando algunas lágrimas.
—Tranquila Pepita, todo estará bien.— me besó. —Ve a cambiarte.—
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Besarte es mi pasión
FanfictionMartina, chica que tiene un nivel bajo de autismo. Roier, su amigo y cuidador el cual se enamora de ella sin importar su "condicion".