Bajé y vi que Roier estaba sentado en el sillón.
—¿No vamos a desayunar?.— pregunté recordando que todos estos días habíamos estado comiendo juntos.
—Tu comida está en el microondas, desayuna rápido para irnos.— asentí.
—¿Hice algo malo?— negó sin mirarme.
Fui a la cocina y comí lo más rápido que pude.
—Ya estoy lista.— se levantó y fuimos al auto. —Oye no se que hice pero perdóname.—
—Tu no hiciste nada.—
Llegamos al colegio sin decir una palabra.
—¿Puedes decirme que es lo que te pasa?—
—Nada, tu novio te está esperando.— Giré y vi a Germán en la puerta.
—Quiero explicarte algo, aye- —
—No tienes que contarme como se hicieron nov- —
—¡Ya basta, no me dejas hablar, quiero explicarte algo pero lo único que haces es interrumpirme, cállate por un minuto!— Me bajé del auto y tiré la puerta.
El se quedó ahí hasta que me vió entrar al colegio.
—Oye Martina, tengo que decirte algo.—
—¿Que pasa Germán?, no estoy de humor ahora.—
—Quiero que seas mi novia.— negué. —¿Por qué no?—
Q
—No me gustas, tratas muy mal a las demás personas y no me gusta como me tratas a veces.——Pinche niña mimada, estúpida, no quiero que vuelvas a acercarte a mi.—
—Bien.— me giré pero el me detuvo. —¿Qué quieres?—
—¿No vas a rogarme?—
—¿Me ves cara de perro pidiendo comida?. Es obvio que voy a rogarte, ni que fueras mi mejor amigo.—
—¿Te gusta tu niñero?—
—No te importa.—
—A mi no me respondas así.— me tomó del brazo muy fuerte.
—Me estás lastimando, sueltame.—
—Es lo menos que te mereces.—
—¿Ah no vas a soltarme?— le di una cachetada y el me devolvió un puño en la puta cara. —Eres un pendejo.— me tiré sobre el y le seguí pegando.
¿Y saben donde terminé?
—¿De nuevo aquí señorita?—
—Si, de nuevo tengo que verla.— dije mientras cubría mi ojo con mi mano y un poco de mi cabello.
—En plena mañana chicos.—
Habían llamado a Roier y debido a que se acababa de ir llegó rápido.
—Martina, mija no puede ser, no llevas ni diez minutos aquí y ya me llamaron.—
—Lo siento.—
—¿Cual lo siento?, quitate la mano de ahí.— negué.
—Joven la situación ya está pasando la línea, ahora si debo suspenderla.—
—No se preocupe, creo que le haría bien.— me miró. —¿Y no vas a decir nada?—
—Como tu lo dijiste, a los pendejos no se les dice nada por que lloran.—
—Martina discúlpate—
Me levanté, tomé mi mochila y me fui al auto.
—¿Martina qué te está pasando?—
—De todo, así que por favor déjame.—
—¿Con quién te peleaste ahora?—
—Con Germán.—
—¿Tu novio?—
—¡No es mi novio, nunca lo fue y nunca lo va a ser!— lo miré y sus ojos se abrieron a más no poder. —¡Esto me pasa por que hablaste sin saber, por que nunca me dejas hablar!—
—Martina tu ojo.—
—Ya vámonos.—
Se subió al auto y de nuevo a la casa.
Nada nuevo.
—Voy a estar en mi habitación no quiero que me molestes.—
—Martina, necesito ver tu ojo.—
—Ya déjame, esto me pasa por tu culpa, gracias por mentir, metiche.— seguí caminando y fui a mi habitación.
—Martina no estoy entendiendo nada.—
—Y ya no me voy a tomar el tiempo de explicártelo.—
—¿Martina por qué te peleaste con Germán?—
—Porque... ya vete por favor, déjame en paz.—
Salió del cuarto y me senté en la cama totalmente cubierta por una cobija.
"Empezó a tratarme mal y creo que estoy haciendo lo mismo, ya estoy arruinando todo."
Dejé el librito debajo de mi almohada y me acosté.
—¿Vida? ¿Por qué me tratas así? ¿Hice algo tan malo?— de pronto me dormí.
Todo había dado un giro de 360 grados.
—Martina tu... me gustas mucho.— dijo Roier mientras estábamos sentados en la mesa.—Desde el primer día en que te vi tu me gustas.—
—Roier tu también me gustas mucho.— me besó.
—¿Quieres ser mi novia?— asentí.
Y pues... Todo había sido un sueño.
—¡Martina ven a comer!—
Me cepillé y bajé para buscar mi comida y volver, no quería verlo ahora.
—Gracias— dije y volví a mi cuarto. —¿Por qué es tan lindo?—
Me senté en mi cama y empecé a comer mientras pensaba en si de verdad debía decirle lo que sentía.
—¿Puedo entrar?—
—Ya estás adentro, ¿Vienes a gritarme o a tratarme mal?—
—Vengo a comer contigo y a charlar.—
—Querrás decir que tu vienes a hablar porque nunca me dejas decir nada.—
—Perdón, ¿Puedes hablar conmigo?— asentí. —¿Por qué te peleaste con el vato ese?—
—Porque me jaló del brazo simplemente porque no acepté ser su novia, pero te juro que primero le pedí que me soltara, pero no lo hizo.—
—¿Y por qué no aceptaste ser su novia? El es el que te gusta ¿No?.—
—No me gusta el, me gusta mi mejor amigo.—
—¿Tienes otro amigo?— asentí. —¿Y entonces te gusta tu mejor amigo?—
—¿Tengo que repetirlo mil veces?— soltó una pequeña risa.
—No.— ambos quedamos en un silencio nada incómodo la verdad se sentía muy lindo. —¿Quién es tu mejor amigo?—
—Pues...Tu.—
Empezó a ahogarse con su comida. ¿Había hecho lo correcto?
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Besarte es mi pasión
FanfictionMartina, chica que tiene un nivel bajo de autismo. Roier, su amigo y cuidador el cual se enamora de ella sin importar su "condicion".