La vida caótica de Mia

Disturbios

Harry espera a que Lana llegue antes de dirigirse hacia la sala. Cuando Lana llega, él sale directo hacia allá. Mia ya está sentada en la sala con una cara un tanto molesta. Harry se sienta en el piso, ya que solo falta que Lina llegue.

No pasa mucho tiempo antes de que Lina entre a la sala con una botella de vodka. La pone en la mesa del centro y se sienta en el lado opuesto de Harry, formando un triángulo. Ella se prepara para hablar, decidida a contarles todo lo que ha descubierto hasta el momento.

—Para no hacer el cuento largo, les diré lo que se y después me terminare esa botella —señala a la botella y se acomoda en el sillón

—Soy todo oídos, y tienes que compartirme de eso —dice Lian y vuelta del lado de Mia

—No debes de terminártela sola, además tengo mis razones para beber —comenta Harry tranquilo

—Primero que nada, los quiero mucho, son mis mejores amigos y sé que pase lo que pase estarán a mi lado —los dos asienten en señal de que piensan lo mismo—. Lo más tranquilo, la persona que siempre fue como mi padre, resulto serlo, creo que lo dije mal, pero o sea Merlín es mi padre biológico —ninguno de los dos se ve sorprendido, pues ya era algo que se sospechaba solo faltaba confirmar

—Eso no es una gran sorpresa —comenta Harry y Lian solo asiente

—Y lo otro es que mi madre era una persona no muy buena, líder de una organización de mercenarios algo reconocida y en su momento parte de la bratva, la mafia rusa. Además, ocultaba su identidad bajo el nombre de Hanna. Gracias a mí, se alejó de eso. Eso es lo más resumido que puedo hacerlo, y creo que hay cosas que aún no sé —termina con un pequeño suspiro.

—En cambio eso sí que es sorprendente —afirma Harry—y como no sabes que todo solo es parte del plan de alguien

—No dejes que eso cambie el modo de ver a tu madre pues a pesar de todo eso te crio de la mejor manera posible, dejando todo atrás y protegiéndote de su pasado —habla Lian tranquilo

—Lo que él dijo, es como si fueran dos personas aparte, y quizás te lo iba a contar, pero la muerte le gano

—Lo sé, no estoy enojada y no podría odiarla, solo estoy confundida, todo lo que ha pasado se me hace tan irreal, además de que cada que intento recordarla, suelen ser pocos recuerdos, siempre son buenos o ferices —su voz se torna con un tono más bajo

—O tu mente los evade, pero ya los recordaras solo tómalo con calma —dice Harry tranquilo y se acerca hacia con Mia y ella toma la botella y la destapa

—Por el pasado no recordado —levanta la botella y se la empina dando un gran trago a esta—¿Quién sigue?

—Mia como personas civilizadas —toma un vaso de la pequeña mesa y se sirve un poco de allí se la pasa a Harry

—No seas un amargado, Lian. Por los demonios del pasado que no quieren ser olvidados —dice Harry , mientras se empina la botella y se sirve en un vaso, pasándosela luego a Mia. Se sumergen en conversaciones sobre el pasado y las locuras que hicieron en su momento. A pesar de que aún son muy jóvenes, ya habían vivido muchas experiencias, desde legales hasta ilegales.

En medio de la charla, Harry se pone un poco emotivo y comparte algunas cosas personales. Habla sobre cómo solían ser las cosas en su casa, con un padre alcohólico aficionado a las apuestas y una madre que también luchaba contra el alcoholismo. Describe los problemas que enfrentó debido a las enfermedades de Lana y lo difícil que era todo en esos tiempos.

Lian no se queda atrás y también comparte algunos aspectos de su vida. Habla sobre el abandono de su padre y su hermano descarrilado, así como la difícil situación actual con la enfermedad de su madre. Todos tienen sus razones para beber en ese momento. Después de terminar esa botella, el ambiente se vuelve más íntimo y reflexivo.