Tarde y tensión

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Al día siguiente, todo pasa con tranquilidad, siguiendo la rutina normal de la escuela y luego un paseo por el parque. Dos semanas pasan rápidamente en esta rutina reconfortante, sin noticias del padre de Mia ni preocupaciones similares. Sin embargo, este día en particular, Mia siente algo diferente desde que se despierta.

Aunque el cielo está despejado, el día parece cargado de una energía inusual. Se despiertan tarde debido a una noche de películas hasta altas horas de la madrugada, lo que contribuye a una sensación de desorientación. Los dos coinciden en la cocina casi al mismo tiempo y observan a la madre de Lian mientras cocina, una figura reconfortante en medio de la incertidumbre que siente Mia.

—Nos encantaría desayunar, pero ya vamos muy tarde, tenemos que correr —dice Mia con prisa y sale de la cocina, van pasan por la sala

—¡Vayan con cuidado!

Salen de la casa con esperanza de encontrar un taxi mientras avanzan y por suerte se encuentran a Lon que iba llegando

—Hola Lon, vamos tarde —dice con esperanza a que se ofrezca a llevarlos

—Y si no suben, van a llegar aún más tarde —antes de que dijera algo más, suben y él toma rumbo a la escuela. Esta no queda muy lejos, así que no tardarían en llegar. En cuanto se estaciona en la esquina, se bajan sin decir nada y corriendo entran a la escuela. Por suerte, el salón está cerca de la entrada, así que llegan rápido. Se asoman por la ventana de la puerta y no ven a la maestra, aunque ya habían pasado 10 minutos desde la entrada. Aprovechan que no está para entrar. A primera vista, está el chico que no le agrada a Mia. Intenta pasar sin verlo, pero tenía que preguntar antes.

— ¿Dónde está la maestra? —arroja la pregunta esperando a que él no le responda

Este chico se acerca a ella—Aun no llega, pero así es mejor nos da tiempo de hablar princesa —él se recarga en el banco que está cerca de ella

—No quiero hablar contigo —da unos pasos para atrás alejándose de el—, y mi nombre es M-a-i-a y si es muy difícil para tu pequeño cerebro también puede ser Mia

—Hablemos un poco, no te pongas así —se va acercando despacio

—John no estoy de humor como para soportarte, por tu bien aléjate

—Solo vete —respalda Lian con un tono serio

—Tú no te metas Ackerman —Mia lo empuja para abrirse paso y va a hasta el ultimo banco de la esquina y Lian se sienta enfrente

Llega la maestra y comienza la clase. Se le notaba un tono triste y una voz apagada, su cara un poco hinchada y su pelo algo enredado. Se termina la clase y esperan a que todos salgan para salir ellos también. Salen todos y ellos detrás. Lian sale primero, camina un poco y se da cuenta de que Mia no lo seguía. Se da la vuelta y la ve parada al lado de la puerta. Lian se acerca a ella, mostrando algo de confusión ante su comportamiento.

—Solo pienso en la cara que tenía, además que estuvo más tranquila

—No puedes ayudar a todo el mundo, déjalo así y vámonos

—Pero quizás si pueda ayudar —voltea a verlo con algo de preocupación es sus ojos—, puede estar pasando un mal momento

—Lo sé, pero no es nuestro problema, mejor vámonos o llegaremos tarde — da unos pasos dando señal a que le siga

—Si algo me llega a molestar voy a hacer algo —lo sigue y van caminado por el pasillo

Siguen caminando hasta llegar al laboratorio, donde sería su siguiente clase. En esta clase solo hicieron una guía para el siguiente examen. Se termina esta clase y van a la siguiente. Mia empieza a sentir un pequeño dolor de cabeza y hambre. La siguiente clase es de comunicación, una de las más aburridas para ella, mientras que Lian parece más interesado. Durante toda la clase, Mia se pasa dibujando, aburrida y cada vez más hambrienta. Finalmente, la clase termina y salen al pasillo, ya que es la hora favorita de Mia, el descanso. Van camino a la cafetería algo apresurados, recogen un par de cosas para comer: unos pedazos de pizza, un plato de espagueti y una manzana. Con eso en su bandeja, se van a sentar a una mesa lo más lejos posible de los demás para poder hablar tranquilos sin interrupciones. Estando sentados, Mia se percata de que le falta algo para tomar.

La vida caótica de MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora