Un nuevo comienzo

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Un día más y este sería rápido; solo tenía que ir a la escuela a hacer el examen y luego a casa. Se despertó de buen humor, así que sería un buen día. Pasó a desayunar solo un cereal y cruzó algunas palabras con su padre. Después, salió y fue caminando hasta la escuela con un clima muy agradable sin mucho sol, con la temperatura perfecta . Entró directo al salón y, sin muchos rodeos, solo hizo el examen. Después de un rato, lo terminó y fue de vuelta a su casa, pero antes pasó por un café. El camino hasta su casa fue aburrido, así que cuando llegó, se tiró en el sillón y se quedó dormida. Al despertar después de un rato, siguió su día tranquilamente y notó que su padre se comportaba mejor. Así fue durante un par de días muy tranquilos, con una rutina relajada, hasta que un día en la tarde, con Lian en la sala y sin nada que hacer...

Mia acostada en el sillón en pijama—Oye Lian ¿ya le llamaste a la chica de la otra ves?

—Estuvimos hablando un poco, pero solo un poco —responde a ello no muy motivado 

—¿Y porque no la invitas al concierto? Quizás y hasta la enamoras

—Sería raro que a alguien que apenas conoces te invite a un concierto —se acomoda en el sillón

—No lo es tanto, tu solo pregúntale

—Está bien —Lian saca su teléfono para mandarle un mensaje, pero Mia se lo arrebata y sale corriendo hacia la cocina

—Así que chiste, tienes que llamarle —busca en sus contactos a la chica

—No lo hagas, puede estar ocupada o algo por el estilo —se levantó brusco y va corriendo tras de ella

—No lo sabremos si no la llamas —sigue corriendo por todos lados

—¡¡Mia dame ese teléfono!! —camina tras ella

—Te hare un favor, solo no te quejes —encuentra el número y lo marca, Lian va detrás de ella y Mia se echó a correr

—¡¡Maia ven para acá!! —intenta alcanzarla, pero se mueve entre los mueves y le sacaba la vuelta a todo

—No me llames así a demás después me vas a agradeces —escucha que contestan y se para en seco así que Lian que va detrás se choca con ella

—Te odio

—Yo también —le da el teléfono y regresa a el sillón, Lian sigue la llamada y se sienta en una silla de la cocina habla con ella y regresa con Mia al sillón y ella toma camino hacia la cocina

—Voy a la cocina, ¿quieres algo? —sigue caminando hacia allá

—Una soda —dice de manera fría y sin más nada

—Como usted mande —llega a esta y se queda frente al refrigerador solo lo abre ve que hay, pero está muy vacío solo hay una rebanada de pastel y unas cuantas sodas y va de regreso con Lian

—¿Y qué te dijo? —se avienta al sillón y le da la soda algo batida

—Dijo que estaría genial, es uno de sus cantantes favoritos —toma la soda y antes de abrirla la deja reposar un rato y después la abre con cuidado

—Gracias Mia eres la mejor —habla de manera exagerada

—Así gracias —le da un trago a su soda—y lo digo por esta —la levanta para dar seña

—Aja si —le va una mordida a su rebanada

—¿Y quién nos llevara?

—Pues si sabes manejar le pido el auto a mi padre

La vida caótica de MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora