Capitulo 8 Consulta Intima

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"Jhoana, terminamos por hoy," dice Ana al concluir la práctica de Juan de caminar con zapatillas de tacón rosa de 7,5 centímetros.

"Jhoana, guarda tu celular en tu bolso y acompáñame al carro. Vamos a salir," dice Ana. Juan responde, "Sí, mamá, voy por mi bolsa." Ana ve a Juan caminar muy femeninamente hacia su cuarto para traer su bolso.

Minutos después, Juan y Ana se dirigen al carro. Juan pregunta, "¿Dónde vamos?" Ana le dice, "Jhoana, es una sorpresa." Juan siente un dolor en el estómago y dice, "Mamá, van a descubrir que no soy una mujer." Ana responde, "Jhoana, actúa más femenina, como todas las damas, no seas un marimacho."

Llegan al carro. Ana dice, "Jhoana, recuerda sentarte en el asiento y luego juntar tus piernas al meterlas al carro, como lo hacen todas las señoritas." Juan responde, "Sí, mamá," incómodo. Primero se sienta en el asiento del copiloto, luego gira sus caderas y junta las piernas hacia adelante antes de subirlas con un pequeño impulso.

Ana se sube al carro y maneja rumbo al centro comercial. Ana comenta, "Jhoana, recuerda juntar tus piernas, las señoritas vigilan que no se vean tu pantaleta." Juan protesta, "Mamá, es incómodo." Ana responde, "Incomoda, Jhoana, se dice incómoda. Compórtate como la dama que eres, ¡junta las piernas!" Juan responde, "¡Mamá!" Ana replica, "Las putas enseñan la pantaleta cuando quieren que los hombres las cojan." Juan responde, "Mamá, soy un hombre." Ana ignora el comentario de Juan y dice, "Compórtate como una dama, no tengas prisas de que te cojan." Juan siente rabia y continúa con el dolor de estómago, respondiendo, "Sí, mamá," en un silencio intenso.

Al estacionar, Ana le comenta, "Jhoana, acomoda bien la falda de tu vestido para que no se vean tus pantaletas al bajar del carro." Juan responde, "Sí, mamá." Luego, Juan abre la puerta del carro, gira su cadera hacia afuera manteniendo las rodillas juntas y pone sus pies en el piso.

Una vez fuera del carro, Jhoana y Ana caminan hacia el centro comercial. Juan camina con pasos más femeninos, moviendo la cadera sutilmente, como lo aprendió durante la práctica de hace unas horas.

En el trayecto, algunos hombres no pueden evitar expresar admiración hacia Juan con piropos. Él escucha, "¡Guapa, ese caminar tuyo es encantador!" y "¡Esa chica tiene estilo para caminar!" Juan se sonroja ante los comentarios y continúa con el dolor de estómago y de sus pies, su corazón late rápido, su respiración es acelerada, sus manos sudan, sus músculos están tensos y su mirada fija en el suelo.

Ana, con una sonrisa, le comenta, "Jhoana, estoy orgullosa de ti, estás impresionando a los hombres con tu belleza; pronto encontrarás un pretendiente." Juan, sorprendido, responde, "Mamá." Ana continúa, "Jhoana, las señoritas se visten para impresionar a los hombres." Juan se vuelve a sonrojar, pero no responde. Varios minutos después, Ana dice, "Jhoana, pronto te vestirás para impresionar a tu novio." Juan, con firmeza, protesta, "Mamá, soy un niño, no me gustan los hombres." Ana responde, "Jhoana, no lo pareces con este vestido." Siguen caminando en silencio.

Ana, viendo a Juan más tranquilo, le dice, "Jhoana, los hombres que te dijeron los piropos, ¿qué vieron?" Juan responde, "Vieron a una mujer." Ana pregunta, "¿Cuál era tu miedo al venir?" Juan responde, "Que pensaran que soy un hombre." Ana replica, "Los piropos son un logro de éxito." Juan piensa en el éxito y camina con más seguridad. Ana y Juan ingresan a una clínica dentro del centro comercial.

"Jhoana, siéntate, voy a ver a la recepcionista," dice Ana. Juan, caminando muy sexy, va a la sala de espera a sentarse, y Ana se dirige a la recepción.

Ana informa a la recepcionista que tienen dos citas con el ginecólogo. La recepcionista le entrega un juego de revistas femeninas y Ana va a sentarse con Juan.

La sala de espera está llena de mujeres de diferentes edades y la ambientación refleja una decoración femenina. Juan se siente incómodo con tanta gente en la sala del consultorio.

"Jhoana, ten, para que leas," dice Ana, entregándole unas revistas. Continúa hablando, "Voy a pasar a consulta primero, luego pasas tú, Jhoana Rose." Juan se queda mirando la revista y empieza a hojearla, deteniéndose en un artículo sobre cómo besar a un hombre. Juan dice, "Mamá, ¿por qué voy a leerlo?" Ana responde, "Para que sepas como piensan las mujeres y no te descubran y convivas con ellas." Juan cierra los ojos, siente su corazón latir rápido, su respiración acelerada, se sonroja, y su vello se eriza mientras sonríe ampliamente.

"Ana, pasa con la enfermera," dice una voz. Juan abre los ojos y ve a la enfermera vestida con un minivestido rosa, una bata blanca encima y zapatillas de tacón de 12 cm, sacándolo de un momento grato. Ve a su madre caminando con la enfermera hacia un cubículo.

Juan vuelve a tomar la revista, ve el artículo y siente náuseas y ganas de vomitar, llevando sus manos a la boca. Con el ceño fruncido, nariz arrugada, labios torcidos y elevación del labio superior, se pone muy pálido, parece que se va a desmayar. Deja la revista y toma una respiración profunda.

"Jhoana Rose," llama la voz que llamó a su madre. "Pasa con la enfermera." Juan se levanta y acompaña a la enfermera que le dice, "Por acá."

En el cubículo, la enfermera le pregunta, "¿Nombre completo?" Juan responde con la voz más femenina que puede, "Jhoana Rose Aguilar García." La enfermera pregunta, "¿Es tu primera vez con un ginecólogo?" Juan responde, "Sí." La enfermera menciona, "Diagnóstico: retraso en el desarrollo sexual." Juan responde, "Sí." La enfermera comenta, "Pobrecita, estás a tiempo." Juan no responde. La enfermera lo sube a la báscula y le toma peso y estatura. Luego dice, "Tendrás que bajar de peso para que te veas más hermosa." Juan piensa las comida qué le obliga a comer su madre, La enfermera le toma la presión arterial y una muestra de sangre.

Juan regresa a la sala de espera donde su madre lo espera. Juan le pregunta, "Mamá, ¿a qué venimos?" Ana responde, "Para que te den un permiso para que puedas faltar a tengas educación física." La madre pasa a consulta.

La enfermera pasa a Juan al consultorio donde lo espera la ginecóloga con su madre.

"Hola, soy Ximena, la ginecóloga que te va a atender, Jhoana. La enfermera me pasó tu información. Ya hablé con tu madre, me comentó que tu pubertad no ha empezado." Ana dice, "Le comenté que tus pechos no han crecido y que tu menstruación es irregular." Juan no puede creer lo que escucha, queda inmóvil, con la boca abierta. Reacciona rápidamente y, con voz entrecortada, dice, "Así es, mamá." Ximena le indica, "Señorita Jhoana, toma la bata y póntela en el cubículo detrás de la mampara. Quítate la ropa. Señora, ¿puede ayudar a su hija?" Juan mira a Ana en busca de apoyo. La mirada de Ana le indica que no protesta, con dedo en la boca. Juan responde, "Sí, doctora."

Ana ayuda a Juan a desvestirse. Juan se quita el vestido y siente vergüenza de que su madre lo vea. Ana dice, "Somos mujeres, actúa como una dama y sigue el juego con la médico." Juan ve la amenaza en los ojos de Ana y obedece. Se pone la bata y se quita su pantaleta roja. Juan siente vergüenza, miedo e ira al pensar que la médico verá sus áreas genitales.

Ana dice, "Ya está lista." La enfermera lleva a Juan a la cama y Ximena realiza una revisión ginecológica detallada. En este momento, la ginecóloga observa una anomalía en la zona genital de Jhoana. Ana toma la mano de Juan y lo tranquiliza.

La médico, escribe en el expediente, le entrega a Juan una receta médica a nombre de Jhoana Rose indicando el uso de bloqueadores de testosterona y uso de estrógenos y progesterona con diagnóstico de retraso del desarrollo sexual con niveles altos de testosterona. También le entrega a Ana una receta para Juan a nombre de Juan, firmado por otro medico qué recomienda no realizar actividad física.

Le entrega otra receta a Ana, a nombre de Juan firmado por otro médico para que no realice actividad física en la escuela. Ana entrega al medico unos billetes a Ximena.

"Nos vemos en una semana," dijo Ximena. Ana respondió, "Nos vemos."Salen del consultorio y se dirige a pedir la próxima consulta en 15 días y paga las consultas con tarjeta de crédito.

Jhoana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora