En casa

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El cuerpo de Tharn descansa en aquella cama, se ha mantenido dormido desde el momento en que Yai había sujetado su cuerpo en el río.

Camina despacio hasta él, no quiere despertarlo ahora, solo acomoda las mantas asegurándose de mantenerlas en su lugar. Sus ojos no pueden apartarse de él , aún le parece increíble. Tenerlo en casa después de tanto tiempo.

Los ojos cansados del otro se encuentran con los suyos.

_ P’Yai… _ susurra, una débil sonrisa se dibuja en sus labios, su respiración se agita ante sus palabras _ Phaya…

Yai no sabe qué responder, ni siquiera lo entiende ahora. No hay forma de que pueda entender todo aquello que pasa por la mente de Phaya en aquellos momentos.

_ Shhh, Tharn. Tienes que descansar ahora. _ Realmente no hay nada que pueda decirle ahora. Solo cuidar de él.

_ P’Yai… Yo… _ luego solo está sollozando… se ve tan frágil, haciéndose pequeño debajo de las mantas mientras sus lágrimas corren sin parar. El corazón de Yai se rompe un poco más.

_ Está bien… Está bien Tharn, estás en casa ahora _ se pregunta si aún en ese estado, el más joven es capaz de notar cuán afectada suena su voz.

El cuerpo de Tharn parece demasiado débil para soportarlo, por lo que, en algún momento, su llanto solo se vuelven débiles gemidos antes de quedarse dormido nuevamente.

Yai tiene algunos problemas para salir de la habitación y dejarlo fuera de su vista. Su corazón se acelera, su mente muestra las miles de formas en que podría salir mal, sus pies parecen rehusarse a alejarse de allí y tiene que admitir que siente miedo, terror de apartar la vista y que el otro simplemente volviera a desaparecer.

~Está bien. Él está bien. Está en casa~

Se repite como un mantra, cierra los ojos y espera que cada una de sus terminaciones nerviosas se conecten con aquello.

_ Descansa Tharn. Estaré al otro lado de la habitación. _ un beso es depositado en la frente del menor y finalmente Yai se aleja de él.

Cierra la puerta muy despacio, no quiere que nada perturbe su sueño. Ahora hay algo más de lo que debe ocuparse.

Sus pasos lo llevan hacia la habitación de la pequeña Nirin. Ella duerme en su cama, totalmente agotada luego de haber permanecido llorando durante mucho tiempo. Nunca había visto a Nirin tener una rabieta de esa manera, mucho menos con su padre, pero está vez, ni siquiera Phaya había podido hacer algo al respecto.

La niña parecía rehuir a su padre y Phaya tampoco había estado en condiciones para calmarla, él mismo había estado a punto de derrumbarse también, parecía demasiado perdido, a la deriva.

Entonces Yai había tenido que quitar a la niña de sus brazos para intentar tranquilizarla, y había funcionado. Sin embargo ella había seguido llamando a su papi hasta que su pequeño cuerpo finalmente había cedido ante el cansancio.

Cómo era de esperarse, la niña no estaba sola. Phaya no parecía dispuesto a alejarse de ella, incluso se había rehusado a soltarla y Yai había tenido que levantar la voz para hacerlo reaccionar. Ahora estaba allí, sentado en un rincón de aquella habitación apenas iluminada por una pequeña lámpara, mirando fijamente en dirección a su hija, casi sin pestañear, totalmente ido.

Se veía indefenso, como si la fragilidad emanara de él y aunque había visto sufrir a Phaya durante todo aquel tiempo, ésta vez se veía incluso peor. Más derrotado, más inestable, más atormentado.

~¿Qué es Phaya?~
~¿Qué pasa por tu cabeza ahora?

_Phaya… _ el otro sigue tan quieto como antes _ Phaya. _ Sacude su hombro intentando devolverlo a la realidad.

Después de Ti (BillyBabe) (PhayaTharn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora