CAPÍTULO XX

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KAMILLE

-Sí, ya vi la entrevista. Que haya sido cuando estoy acá en Francia, tampoco favorece mucho a los rumores de que estamos distanciadas- tomé el maquillaje mientras miraba a Verónica arreglar la cama.

-Tu viaje fue inesperado, no podía cancelar, mi amor- se acercó al celular.

-Bueno, ese es el menor de nuestros problemas ¿Fuiste a la escuela de Jérémie a preguntar qué había pasado?- asintió.

-No saben nada, hable con algunos de sus amigos, pero según supe todo está bien con él, creo que este problema estará relacionado con sus entrenamientos, Kamille.

-¿El entrenador?- hablé alterada, pero sabiendo que era una gran hipótesis.

-No lo sé, pero si es así, no le alcanzará la vida para pagar haber lastimado a nuestro hijo- me quedé mirando el espejo. Mi imagen cansada. El viaje y el cambio de horario me había empezado a afectar. Todo lo que estaba pasando me hacía sentir sin energías.

-Me mantienes al tanto- asintió- si es que tu amiga la periodista no te tiene ocupada- sonreí buscando provocarla. Supe que lo había logrado cuando me miró mal a través de la cámara- ¿Qué?

-Eso no es gracioso- me reí- Podría decir yo lo mismo de tu ex prometido ¿No?- ladee la cabeza.

-Alexandre no quiere nada conmigo, en cambio esa mujer babea por ti- me levanté de la silla para mirarme ya lista.

-No puedes reclamarme por algo y luego desfilar de esa forma delante de mí- se cruzó de brazos.

-No te estoy desfilando- hice una mueca y suspiré mirándola- espero que descanses, dale un beso a Jérémie de mi parte.

-Que te vaya bien, te ves hermosa- me reí y le guiñé el ojo terminando la llamada y apoyándome en la mesa del tocador. En mi celular, algunos mensajes de Luc sin abrir relucían. Pedía explicaciones sobre mi viaje a Francia y de mi vida. No me había dejado en paz desde que había conseguido como contactarme, intentaba ignorarlo lo más que pudiera. Cuando salí a la calle, Alexandre me esperaba con su estilo cotidiano de traje y lentes de sol. Sonrió al verme.

-¿Por qué te peinas así?- le revolví el pelo antes de entrar al auto.

-Kamille, mierda- me reí y lo vi entrar mirándose al espejo- Es elegante.

-Te quita todo el atractivo- hizo una mueca y me encogí de hombros.

-Bueno, no me lo quita si tu decidiste dejar a tu esposa para estar conmigo de nuevo- me reí.

-¿Ya viste las noticias?

-Claro que las vi, tengo seguidores nuevos en mis redes de repente- reí.

-¿Y qué piensas?

-Que es una tontería, pero déjame disfrutar mi fama ¿no? Me lo merezco- abrió sus brazos.

-Adelante- me reí y revisé mi celular. Veía a veces algunas fotos de Verónica y Jérémie que me hacían tener los pies en la tierra y también la sensación de que estaban a cinco minutos de mi, aunque no fuera así.

-¿Entonces el plan es que Isabella te apoye en una lucha contra su padre? Bueno, el que fue su padre toda su vida- levanté la cabeza y miré los autos mientras el conducía.

-Cuando lo dices de esa forma me pareces la idea más ridícula del mundo.

-Lo es- suspiré tomando el puente mi nariz.

-No tengo otra opción que hablar con ella. Hacer que mi padre le diga la verdad, que ella sea sensata por primera vez en su vida y me ayude a terminar con esta guerra sin sentido. Tengo todas las de perder, pero no puedo regresar a los Ángeles sin intentarlo- asintió.

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