Acercamiento

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Narrado por Karma:

¿Que mierda habia hecho? Habia besado a Nagisa. ¿Por qué lo hice? Porque no pude contenerme. ¿Que dirá mañana?... Eso si que no lo sabia.

Lo que pasó hoy, lo que sentí, fueron cosas mucho más allá de lo habitual. Solia tener ganas constantes de besarlo, si. De estar cerca de él, si. Pero lo que hizo hoy, superó todo aquello que alguna vez sentí.

De repente ya no estaba seguro de poder seguir con esto. ¿Realmente lo estaba ayudando? Puede que todo lo que siento se deba a su tecnica, o puede que no este mejorando en absoluto y él cree que si por mis estúpidos sentimientos.

¿Podría ocultar esto? ¿Durante cuanto tiempo más? Pero lo más importante, ¿Con que cara me mirará mañana?

Después de darle tantas vueltas al asunto, decidí dormirme de una vez por todas. Esas preguntas tan molestas se responderán en tan solo un par de horas.

💘

Con un nudo en la garganta, me llené de valentia y entré a la tan icónica clase E.
Para mi suerte, o desgracia, mi peli-celeste favorito aún no habia llegado.

Los nervios me carcomian por dentro, fue pasando gente a mi lado, algunos me saludaban, pero yo pasaba absurdamente de ellos. Solo lo esperaba a él.

Por fin, mi ojos percibieron sus iris azules, que tan solo cruzar la puerta ya se clavaron en mi.
Los segundos más horrorosos de toda mi vida. Nuestras miradas conectadas, las incontables posibilidades de rechazo, por parte de Nagisa, que se recapitulaban, una y otra vez sin cesar, en mi mente.

Me sonrió, inclinando un poco la cabeza.
Yo era el alivio materializado en ese mismo instante. Mi cuerpo entero se relajó, junto con un suspiro contenido que dejé salir.

No tuvimos tiempo de hablar, pues justo despues de que él se acomodara, entró Koro-sensei dando inicio a la primer clase.

Me fue imposible concentrarme en la tarea. Aunque estaba más relajado que antes, seguia pensando en que diria de la tonteria que se me ocurrió hacer ayer, después de dejarlo en su casa.

Pasaron las horas, hasta que el bendito timbre al fin se dignó a sonar. Fui el primero en salir al campo. Me quedé esperándolo con el corazon en el pecho.

Despues de un rato salió, se hallaba con Sugino, lo cual no pudo importarme menos.
Me acerqué, intentando descifrar lo que decían.

-- Hola chicos, ¿De que tanto hablan? -- les dirigí sonriente, posicionandome justo en medio de los dos.
No respondieron, mas bien, al percatarse de mi presencia, se callaron al instante.

-- Ho, perdón. ¿Interrumpo algo? --. Soné, más cortante de lo que habia planeado.

-- A-ah, no, no. Para nada --. Se animó a decir el fanatico del beisbol.

-- Solo hablabamos de la tarea --. Se unió el más bajo, intentando calmar el ambiente.

-- S-Si, es que está muy complicada, y queria pedirle ayuda a Nagisa-kun.

-- Yo tambien podria ayudarte, soy bastante bueno.

-- Ah, está bien, entonces... Más tarde hablamos --. Se marchó, sin antes dedicarle una mirada al ojiazul. Claramente escondían algo.

Un silencio incomodo se apropió de la situación, ambos nos mirábamos de reojo, sin saber que decir. Estaba tentado a preguntarle que era lo que me ocultaban, pero decidí averiguarlo por mi cuenta.

-- Karma... Tu, con respecto a lo de ayer.

Ho no. Ho, no, no, no. Los nervios de vuelta de apoderaron de mi. Mi corazón se aceleró.

Un pequeño ratoncito valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora