Sinceridad

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Narración de Nagisa:

Me encontraba mal, muy mal. No queria admitirlo, pero, la respuesta de Karma me destrozó emocionalmente. Nunca creí que el dolor seria tanto, duele incluso más que cualquier puñalada o rasguño.

Mi pecho oprimido no me deja dormir por las noches, las ganas de querer llorar cunado lo veo por las mañanas son incontenibles, y lo peor de todo, es el vacio que dejó en mi corazón.

Siento que me falta una parte de mí, una gran parte. Me faltan las risas, las bromas, las charlas, las caricias, los besos. Me quitó la felicidad entera. Tal vez, siempre lo quise, y nunca me dí cuenta, ahora sé que lo amo, y vivir sin él es un infierno.

Recordar esos momentos donde solo existiamos nosotros dos, me hace querer correr hacia él y abrazarlo como jamás lo he hecho. Aunque no puedo, no estoy listo, con solo verlo se me humedecen los ojos, no puedo ni formular una oracion sin quebrarme la voz.

Ya pasaron dos semanas, y conforme el tiempo aumenta, más profundo es el dolor, y hasta que no desaparezca, no podré acercarme, por más que él insista, por más que me busque, no puedo.

Cuando esta enorme herida cicatrice, volveré a mirarlo a los ojos, por ahora, solo puedo imaginarlos, con ese brillo deslumbrante, al igual que su hermosa sonrisa y sus palabras bonitas.

Para mi desgracia hoy teníamos clase con bitch-sensei, y conociendola, me haria preguntas sobre mi tecnica, las cuales no quisiera responder.

Me apresuré a subir la colina, los ultimos dias estuve llegando tarde a proposito a clase, pues, creo que no debo aclarar el porqué.

Me acomodé en mi lugar rapidamente y koro-sensei empezó su trabajo como de costumbre.

Luego de las primeras horas, sonó el tipico timbre, y en el receso la rubia adulta me llamó para ayudarla en el deposito.

-- Ven Nagisa-kun, sosten estás cajas y ayudame a acomodarlas.

Asentí y la seguí. Cuando estabamos llendo visualicé unos cabellos rojizos, sin darme cuenta frené mi andar y me quedé observandolo, pareció no verme debido a las cajas que cubrian parte de mi rostro.

Estaba... triste, sus iris ya no brillaban como antes, y su sonrisa fue borrada, ni siquiera tenia la cabeza alta o una postura recta, ¿Como no lo noté antes? Me tenté a acercarme cuando la bilingüe interfirió.

-- Hey Nagisa-kun, vamos --. Me indicó ladeando su cabeza.

Volví a la realidad y continué con mi trabajo. Ya en el deposito dejé las cajas en el suelo y según las etiquetas, las fuimos ubicando en el lugar correspondiente.

-- ¿Que pasa?

La voz de bitch-sensei me sorprendió, me di la vuelta para mirarla.

-- ¿C-con qué?

-- Hace dias estas decaido, y por lo que pude ver, es con respecto a Karma-kun.--. Dijo en un tono significativo.

Definitivamente necesito aprender a disimular un poco, perdí la cuenta de cuantas personas me preguntaron sobre Karma, aunque supongo que es normal, pues estabamos todo el tiempo juntos.

Suspiré y simplemente me rendí, ¿De que serviria seguir fingiendo?

-- Solo soy un tonto, eso es todo.

Se cruzó de brazos y enarcó una ceja.

-- Yo... Me enamoré de Karma --. Intenté reir, pero me era imposible.

-- ¿Y que tiene eso de malo? Estar enamorado es lindo.

-- Bueno, no si la otra persona no siente lo mismo. Yo, creí que si, que realmente podia tener una oportunidad con él, que todos los besos y abrazos que me daba, era porque me queria --. No pude contener las lagrimas, y el nudo en la garganta apretó más. -- Todo por esa estupida practica.

Un pequeño ratoncito valienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora